El sentido que puede dársele a la razón de incursionar en las acciones sociales que algunos sectores de la sociedad desarrollan con cierto grado de frecuencia, puede encontrarse en la adicción a permanecer activo que suele generar intervenir en estas acciones. El consumo de energía que de aquí surge, no depende de rutinas gimnásticas, sino de un consumo mental y físico en el qu que a mayor cantidad de resultados obtenidos, mayor intensidad en el tiempo invertido en las labores ya citadas.
El movimiento voluntario, básicamente en la comunidad joven, si realizáramos una evaluación, encontraríamos que halla impulso en función a tres términos iniciales que al final engloban el consumo energético que le caracteriza. En primer término, la iniciativa voluntaria responde a necesidades puntuales (no se es voluntario por ser voluntario, sino porque es necesario en determinado sector), en seguno lugar, no importando el órden de los términos expuestos, se encuentra la conciencia social que pudiera poseer respecto de las necesidades identificadas ( esta conciencia social, es estimulada en función de la educación recibida, de la propia necesidad de beneficiarse del trabajo realizado o de algún arrastre de la red social a la que pertenece), en último término el voluntariado o la acción voluntaria posee dos variantes que con frecuencia van de la mano, pero que bien pudieran subsistir de autónoma: la vocación de servicio y la personalidad del individuo (la vocación de servicio suele considerarse que a menudo dirige los derroteros escojidos por los individuos a la hora de desempeñar alguna función o labor en base a la cual basar su estilo de vida. La otra variable de este tercer punto, la forma de ser o la personalidad del individuo, juega un papel si se quiere preponderante aunque no indispensable, de ahí que los seres humanos en su diversidad, puedan converjer a la hora de desempeñar funciones que requieren de un obligatorio trabajo en equipo).
Hay otros criterios que pueden ser utilizados para definir las razones que motivan la continuidad y el funcionamiento óptimo de los engranajes del movimiento voluntario, sin ebargo desde el punto de vista individual, desde la concepción del individuo como parte fundamental de la conformación de grupos sociales, al analizar este triángulo, es posible optener una idea aproximada de la realidad del voluntariado como identidad social de un servicio, independientemente del campo en que se ejerzca y los objetivos que lo motoricen.
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