¡Crees que la educación en los pueblos de latinoamérica podrá tener algún punto de incremento en los próximos 5 años?

sábado, 31 de julio de 2010

Lluvia De Olvido

"aveces el olvido surge por generación expontánea, incluso antes de que halla llegado la muerte" (No se si lo dijo alguien antes de mi, o si parafraseo lo de alguien).


no supo nunca quien le mató, ni por que razón, o si lo supo no lo recordaba. Lo cierto es que no recordaba muchas cosas, desde aquel aguacero de olvido que le calló una tarde de regreso a su casa. Salvo dos o tres recuerdillos que logró tender al sol en el alambre dulce donde colgaba la ropa luego de lavarla, no había podido hacerse con mucho material para la memoria.
De esos recuerdos que aún poseía estaba el más claro de todos, el que a veces se le presentaba incluso en sueños. Fue este el que le hizo saber que había muerto aunque recordara, el que le dio a conocer la noticia de que los muertos también sueñan aunque no recuerden mucho.
Llegó a la casa, con uno de esos fríos que se meten a destiempo y que son para caribeños una polilla en su eterno verano. Por algún motivo el interior de la casa estaba demasiado silencioso, de hecho le pareció que más frío que a la intemperie, pero esta última impresión, no dejó de ser solo eso, una última impresión acerca del clima.
Caminó a su habitación con una taza de café que había tomado de la cocina rápidamente, la tomaba a sorbitos cortos, soplando de tanto en tanto el café que le mojaba el bigotito a medio afeitar. Entró en su habitación, ¡cual no fue su sorpresa al ver que el baúl del fondo del cuarto estaba abierto!. En principio dejó caer la taza con todo y café, en un sitio muy lejano escuchó el estrépito de vidrios rotos. Acercó la mirada al fondo del viejo mueble en busca de algo que pudiera salvar, pero no quedaba nada de su contenido en el fondo. Por la ventana izquierda, vio a algunos recuerdos bailar al son de los rayos del sol. Corrió tras ellos lo más rápido que pudo para intentar volverlos al ´ baúl de donde no debieron salir nunca, algunos de ellos serían un problema difícil de sortear si fueran vistos por gente inadecuada.
Con ambas manos y con todo el método posible, tomaba los recuerdos en sus brazos y los tiraba en sus hombros como quien recoge ropa de un tendedero. De tanto en tanto esquivaba la piedra que le lanzaba uno de sus recuerdos de infancia, o se distraía con uno de aquellos recuerdos que no podían ser vistos, como el de su primera vez cuando su prima María le retó a que le mostrara el miembro y después una cosa trajo a la otra, entonces cuando vino a dar cuenta de lo que había pasado, lo hizo con la conciencia de que ya era un hombre con 14 años y una prima de 18 que le estuvo dando la lata por meses con eso del embarazo, haciéndolo temblar de miedo y sufrir indecibles dolores. Tomó recuerdo también y lo puso con los otros, el muy desgraciado le hacía cosquillas en el cuello para que le soltara.
Un recuerdo de Pepe el muchacho que no tenía orejas, le puso una piedra en el medio del camino, con la que tropezó y perdió todos los recuerdos que había logrado alcanzar.
Al verlo en el suelo, todos los recuerdos salieron corriendo de él y desde lejos hacían soniditos y mueca de burla, fue mientras miraba el recuerdo de laura la novicia que le dio un beso para que se dejara de buscarla mientras ella dedicaba sus días al señor, que sintió la primera gota de olvido en la cara. Al principio creyó que era agua normal pero las otras gotitas que le sucedieron, lo convencieron de su error. Estaba cayendo un aguacero hecho y derecho cuando inició una carrera contra el tiempo y tras sus memorias. Todos los recuerdos corrían como locos, gritando de júbilo por la lluvia, mientras él les daba la carrera sin éxito.
El peor de los males fue cuando vio que se desintegraban uno tras otro al recibir el contacto con la lluvia. Su carrera se agudizó para salvar la vida de la memoria que no colaboraba y que le amenazaba con dejarlo como un viejo con “Alzhéimer”.
Salvaba un tercer recuerdo cuando sintió que algo le golpeaba con fuerza en la nuca, a pesar de que supo en todo momento que el impacto fue en la frente. Vio a su atacante avanzar hacia él con un azadón en la mano. En principio creyó que había un error en lo que veía, luego supo que el error había sido salvar ese recuerdo que en todo momento desde su creación, lo que quiso fue darle muerte. No le extrañaría que la fuga del baúl fuera él quien la promoviera.
Luego de su sepultura, no supo más de ese recuerdo hasta el momento en que tras un esfuerzo sobre humano o sobre muerto, logró extraer de los restos de su memoria la identidad del matador. Entonces reconoció su estupidez al salvar ese recuerdo. Una vez más olvidó quien era, pero siempre, si los muertos tenían siempre, recordó muy a su pesar la cara de su recuerdo olvidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡comenta! ¡no te lo guardes!