J.BDesalojo onírico
La corriente me arrastraba en marejadas que me dejaban sin fuerzas, a medio desfallecer. Fui expulsado de mi alojamiento sin previo aviso, por una fuerza superior a nada de lo que antes pude pasar en ningún lado. Aunque creo que no era la primera vez que hacían esfuerzos por desalojarme.
Así son las cosas, no mas tiene uno que instalarse, descansar un poco, beber algo para calmar la sed y los malos humores, cuando le llega una ventisca de quien sabe donde. Le deja todo maguyado, obligándole a parapetarse a todas prisas, con a penas los pocos recursos disponibles.
Tan pronto llegué al alojamiento, me dispuse a dormitar un poco. Todo el camino recorrido antes de aquí, fue una travesía difícil; lo menos que merecía era un tiempo de reposo ¿Por qué no? De buena vida.
Ahora bien, dígame un buen plan, que yo encuentro la hilacha que lo desbarata.
Las primeras semanas , el tiempo pasaba hasta aburrido si cabe aburrirse cuando todo es nuevo, desconocido. Pero, tan pronto mi instalación fue definitiva, mi presencia fue legalizada, iniciaron los trámites de mi expulsión.
En principio solo se trató de un temblor constante en el inmueble. Los retortijones del espacio eran contundentes, tiraban todo por los aires, dejándome con los nervios en el dedo mayor y sintiendo como si billones de minúsculas serpientes danzaran bajo mi piel.
No lo relacioné con la intención de expulsarme en principio, incluso desconocía tal intención. Todavía hoy, no me atrevo a denunciar que hubo un día tales propósitos, “creo que no poseo pruebas de afirmaciones semejantes”.
En otra ocasión permanecí unos días como drogado, sumido en un sopor que no alcancé a explicar, pero que me dejó sin fuerzas para nada. Pensé que podría estar alusinando por todo lo que tuve que atravesar antes, además de la constante tensión en la que ahora permanecía.
Supe que no imaginaba lo que ocurría, que en verdad no era bienvenido en mi propia casa, cuando una tarde, luego de un armuerzo frugal, unos tipos me tomaron por sorpresa, intentaron por todos los medios separar las partes de mi cuerpo y sacarme del domicilio. Por gracia de no sé que fuerzas, pude salvarme esta vez. Pero, comencé a tener unas pesadillas expelusnantes. Escuchaba como celebraban diálogos en los que discutían mi muerte. No la nombraban directamente, mas bien la pintaban con colores que pudieran borrarle cualquier culpabilidad.
Despertaba extenuado, temblando como un par de venas antes de rebenttar de tensión.
Pasé esos días dando vueltas de un lado a otro, encerrado en el condominio como un “Glóbulo Blanco” destituido de sus funciones dentro de una célula. El tiempo me resvalaba por el rostro elucubrando formas de expulsión, de muerte, de sadismo. Llegué a sentir un cierto placer en recrear los posibles tormentos que me esperaban; hasta que el sueño me amordazaba por enésima vez.
Entonces regresaban las pesadillas. Los conciliábulos en los que era planeada mi ejecución, ahora duraban horas. Luego de muchas discusiones en las que analizaban distintas formas de exterminio, culminaban con los retortijones que descalabraban el orden de la pieza. Luego despertar, otra vez temblar como vena en tensión, por milésima vez regodearme en el placer de los tormentos futuros, finalmente caer extenuado de sueño, luego de un día más de prisión.
Ayer estuve más débil que nunca. Las fuerzas a penas alcanzaban para incorporarme un tanto a tomar algo que calme la resequedad que cobijaba mis entrañas. Sin embargo, sentía una cierta felicidad, no logro precisar por que razón.
Podría atribuirlo al sueño que tuve. Fue suave, creo que vi un lecho, un abdomen desnudo y una mano que lo masajeaba con lentitud. No pasó a convertirse en pesadilla, mas bien difuminó su imagen muy despacio, luego desperté. Pero, no con la premura de siempre, incluso dejé de sentir que conspiraban contra mi nido.
Pero las fuerzas ya no estaban, quería pararme unos minutos, mas, el vértigo me hizo regresar a tenderme otro rato. Fui olvidando todo lo anterior, aquel sueño con la mano extraña masajeando el abdomen desnudo, me transmitía una sensación de descanso.
Los ojos, volvieron a adormeserce, volví a replegarme en mí. Entonces reinició la pesadilla.
Ahora dolía en la carne. Primero como una punzada en la superficie de la piel, luego con la agudeza de una bacteria gigante que te atraviesa con un aguijón el cuerpo.
La casa empezó a girar, vi una lluvia inmensa que salía de todos lados. Dispuesta a arrazar todo a su paso, con una presión similar a la que viví en otra vida.
Intenté aferrarme a algo, juro por lo que tenga que jurar, que lo intenté. Arañé la superficie,´nadé como nunca antes lo hice, pero la marejada me cubría.
Finalmente, el final. Perdí el último residuo de fortaleza que pude encontrar, empecé a sentir los nervios agarrotados, un calambre atenazó mi cuerpo en todos los sentidos, luego, me dejé llevar… NO valía continuar una carrera que venía escrita con el “FIN” en la primera página.
J. Beltrán.
Santo domingo
Diciembre 2010
viernes, 24 de diciembre de 2010
jueves, 23 de diciembre de 2010
GABRIELLE
Babrielle
Cuando escuchamos la señal, nos lanzamos de cabeza a la carrera. Corríamos desaforados, contra el tiempo, contra la corriente, contra la vida y la muerte. Cada quien sabiendo que había que hacer lo que fuere por llegar al final. Total, después de todo, no era final, sino otro maldito inicio, otro maldito empezar sin mapa.
Íbamos con todo lo que pudiéramos recoger de nuestras fuerzas, del camino, de las proteínas que a alguno le pareció que pudiera servir para dar mayor fortaleza y de cuanta mierda alguien nos recomendara.
No teníamos otra misión que formarnos para competir en la carrera. Desde el momento que nos asomábamos a existir, toda la cotidianidad del claustro en el que permanecíamos, tenía por único objeto hacernos fuertes, veloces y hábiles. Todos debían aprender los principios de un competidor, quien los olvidara, de ante mano, tenía su condena al fracaso.
La otra regla, aunque no escrita en ninguno de los reglamentos que hay, implica saber escoger la carrera adecuada para competir. Pero aunque hay quienes aseguran haber creado métodos para conocer cuando conviene participar, lo cierto es que siempre acaba siendo una lotería. A quien le toque, pues le toca, sin vuelta atrás.
Todos los competidores decidimos asignarmos un nombre, uno que no tenga que ver con nuestro sexo o nada que nos marque en modo alguno. El mío fue Gabrielle, porque suena amarillo, tiene textura de fluido, además de una cierta luminosidad que me ha servido en muchas ocasiones para iluminar callejones oscuros.
Una vez hecha nuestra elección de nombres, conocer a otros resultó más fácil, compartir un afecto fue de una sencillez alusinante, por tanto ver la forma en la que algunos quedaban tras los demás, resultaba punzante en la piel de dentro.
De los que competíamos, no logro recordar a muchos, incluso me confundo al intentar identificarlos en mis recuerdos. Sé que había uno que llevaba un nombre Verde, con unas formas redondeadas, de un sonido como el que tienen los diego, pero no lo puedo asegurar. Lo encontré en un descanso, otro de los compañeros acababa de fracturarle para pasar un obstáculo. Intentaba recuperarse, mientras, le ayudé un poco, quizá renovara las fuerzas en el camino, o quizás podría convertirse en un compañero , durante parte de la travesía.
El viento nos daba en la cara con fuerza, en ocasiones nos tiraba hacia atrás. En situaciones así, Diego solía ser buen consorte para evitar un retraso mayor.
Luego de una de esas ventoleras, muchos quedaban tan mal heridos que no podían continuar por más que quisieran, otros necesitábamos hacer una pausa en nuestro recorrido. Nos sentábamos en pequeños grupitos, intercambiábamos impresiones, provisiones e incluso algún que otro chisme que surgiera en medio de tanto amasijo de livélulas. Sabíamos que en esta etapa de la competencia podíamos darnos esos pequeños lujos, ya vendría lo difícil, lo crudo, la “hueva”, como decía diego.
Allí estaba Charlie, Iro, Vero y otros que no logro precisar . Este grupo formaba el equipo de inseparables. De ahí salió la relación tan cercana que tuvimos Iro y yo.
Sé que en principio Diego le quería, también que quizá si yo no aparezco de por medio, entre ellos puede que pasara algo. Sin embargo, aparecí, no me importó mucho en realidad,.
Durante los primeros tiempos de nuestra nueva etapa, vimos como Diego adoptaba una actitud de “gónada herida”, aunque solo fue en los primeros momentos. Tan pronto lo nuestro fuedefinitivo, la relación continuó siendo como siempre, sin rencores.
En medio de la carrera, no puede hablarse de noche o de día, sino de instantes de reposo. De esta situación, nace el mito de la luz, de si es como el rojizo que cubre nuestro cielo, solo que con una transparecia cegadora, o que talvéz puede ser como millares y millares de hilos finísimos que unidos forman una capa con la cual cubrirse cuando otra capa nos venda los ojos al acabar el día.
Los que creen que poseen mucha sabiduría, pasan larguísimos tiempos hilvanando y elucubrando teorías sobre la forma de la luz, el origen de ella, e incluso, algunos juran ante todo el que esté dispuesto a prestarles atención, que le han visto de lejos, mientras competidores antiguos, salían disparados por la “Ventana Final”.
Hoy, después de tanto recorrido, sé que la luz es un amasijo de “nada” impertinente, de polvo de nada que chamusca la piel. Sin embargo, en mi estado ya no importa, solo lamento no poder prevenir a otros ilusos, para que no piensen siquiera en lo más profundo de sus intenciones, en convertirse en competidores de la jodida carrera. Pero ¿de qué me sirve lamentarme?, total. ...
tras levantar el campamento en el que hicimos la última parada de descanso, nos despedimos. Habíamos llegado a la parte del camino, señalizada como el púnto álgido. Aquí nadie tenía otro valor que el que pudiera darse a si mismo. Desde ahora, solo viviría quien estuviera dispuesto a olvidarse de todo y todos, a romper con lo que sea necesario. Nunca antes, ni después, ví tantos caídos juntos, tampoco tanta saña contra un semejante. Solo podría compararse con la rabia de los que cuadraron mi porvenir; pero me adelanto al futuro.
A pesar del momento, todavía Diego, Iro y yo, permanecíamos juntos, nos ayudábamos con los obstáculos e incluso llegamos a deshacernos entre los tres de uno de los que ofrecía mayor competencia. “Hoy creo que de haber sabido lo que me esperaba al final, le defiendo en vez de sacarlo del medio. Pero, las reglas, son las reglas…”
Todavía recuerdo el sabor amargo que recorría todas mis células, las ganas de vaciarme desde dentro y el vértigo de náusea que sentimos luego de dejar el cuerpo exangüe de otro que también hubiese intentado extinguirnos, de haber podido. La sensación, me acompañó durante lo que restaba por reptar en el camino.
A Iro, no le afectó tanto el asesinato, más bien lo tomó como un trago de hiel que se tomaba de un golpe, uno que curaba casi con el mismo efecto de un cáncer. Luego me dijo en la intimidad, que antes de conocernos, ya había tenido que hacerlo estando en soledad, de ahí venía su poca emoción en el acto. Yo tendría tiempo sobrado para descubrir que uno se acostumbra a quitar del medio a los estorbos, pero el recuerdo del primer obstáculo siempre queda estampado en la frente y el pecho.
Aceleramos el paso, ya el conducto por el que corríamos quedaba pequeño para todos. Desplazarse, tornose cada vez más difícil, nos apretujábamos por pasar a quien tuviéramos delante o a la par (el modo de pasarle, era lo menos importante…).
Intento olvidar cada micro segundo de esos malditos instantes del fin. No creí nunca que tuviera tanta fuerza, tampoco que mataría tantas veces y en cantidades de esa magnitud, en tiempo tan pequeño.
El suelo que dejaba al pasar, lo recuerdo como un chorro baboso de fluidos sin vida, de competidores embadurnados por la piel de los adversarios, en ocasiones con partes cercenadas de cuajo.
En este momento, no recuerdo de cual de nosotros fue la idea, pero decidimos avanzar abrazados, Iro, Diego y yo. El desplazamiento, cobró una lentitud pasmosa, sin embargo, para asombro de nosotros, esta medida facilitaba la supervivencia, además de que nos permitía bloquearle el paso al grupo que quedaba tras nuestro.
Entonces vino lo grande, la parte culmen, llegamos a la gran ventana. Tuvimos que saltar sin saber a donde, aunque no hubo tiempo para miedo, para retractarse o para sujetarse a nada. Fuimos catapultados al vacío por una fuerza que nos dolió en la piel. Caímos de cualquier modo, con los cuerpos doloridos y nuestras partes desarticuladas de cualquier forma.
Vimos que muchos lo lograron, algunos que superaron todas las posibilidades predichas por quienes ahora veíamos la cara de satisfacción a pesar del evidente dolor por la caída.
A nadie le pasó siquiera la idea de descansar. Tan pronto llegamos al nuevo destino, fuimos enterados de que aquí a penas teníamos hecha la mitad del camino. Este venía cargado de sorpresas nada alagüeñas, de intensidad en dolor, superior a lo que hasta ahora habíamos visto.
Aquí ya no importaba (nunca importó desde que comenzamos) quien quedaba atrás, así fuese nuestra propia pierna. Entendí el significado de esta realidad cuando Iro y yo tuvimos que dejar espatarrado y sin la más mínima posibilidad de levantarse a Diego. Le miramos un segundo, ninguno de los tres dijo nada… luego continuamos corriendo.
No puedo hablar de todo lo que vi en esta etapa, trato por todos los medios de olvidarlo. Pero el rojo no puede olvidarse con facilidad.
A cada paso que dábamos, veíamos acercarse el momento de finalizar, también las ganas de detenerse a tomar un descanso resultaban de un atractivo inmanejable.
Aquí, Iro se apegó más a mi, quería descansar, yo no tenía la mejor condición tan poco. Y cuando tomé la desición de parar aunque sea por un pequeño instante, Iro señaló frente a nosotros. Nunca supe si lo que quería era que mirara la puerta que se abría como unas fauces bulbosas, o los cinco tipos que nos llevaban ventaja. Preferí no ver la ventana y acelerar el paso.
De algún modo nos las arreglamos para eliminar a dos de los cinco que nos llevaban la delantera. De manera que al pie de la ventana, llegamos cinco sujetos medio muertos, adoloridos y con más ganas de morirnos que de entrar en la jodida fosa que nos invitaba a pasar.
Juro por lo que tenga que jurar, que la desición más difícil de todas cuantas tuve que tomar en el camino de mierda que recorrí, fue la que adopté luego de ver como un desgraciado cercenaba en dos a Iro, justo cuando alcanzaba a entrar una pierna por la ventana. La ví caer, no tuve tiempo de sentir nada, me adelanté sobre el individuo logré ajusticiarlo a traición. Los otros dos vinieron sobre mi cuando quedé instalado frente a la entrada, con todas las intenciones de no dejar pasar a nadie.
Iro reptaba como una bacteria asquerosa, los tipos venían contra nosotros hablando con tono conciliador y con el seño de infectado dispuesto a matar por su cura.
Supongo que mi rostro, no tendría nada benigno dibujado.
Los dos sujetos actuaron luego de una señal convenida entre ambos. Iro también la comprendió, no entiendo de que manera pudo defenderme del ataque que uno de ellos me propinaba en conjunto con su compañero. Mientras de cualquier manera ella tenía sobre si a su atacante, yo perdía trozos de piel con el otro, a quien luego de bastante batallar y de perder bastante energía, ví morir culebreando en el suelo.
Caí de bruces, ajeno a todo, asesando de fatiga, cuando vi que Iro aún luchaba. Salté con energías que saqué de ningún lado, encontré de donde apoyarme y por la espalda le metí el golpe final a un pendejo que no pudo acabar con un enemigo medio muerto.
Sonreí, no tengo idea de por que, ayudé a levantarse a Iro y caminé con ella al hombro hasta la entrada. Aquí tuve que elegir, ella o yo, no había espacio para dos. Intentamos entrar juntos, adoptamos posturas imposibles. Nada pudimos hacer.
Vi el estropicio tras de nosotros, le miré también, dije unas palabras de disculpa. Ignoré el miedo en sus ojos, pasé por alto el temblor de mi cuerpo y agradecí que no se pusiera a ladefensiva y finalicé la carrera tras ver como la ventana no era una salida, sino una celda que cerraba sus paredes hasta penetrar en mi piel, hasta diluirme….
Cuando escuchamos la señal, nos lanzamos de cabeza a la carrera. Corríamos desaforados, contra el tiempo, contra la corriente, contra la vida y la muerte. Cada quien sabiendo que había que hacer lo que fuere por llegar al final. Total, después de todo, no era final, sino otro maldito inicio, otro maldito empezar sin mapa.
Íbamos con todo lo que pudiéramos recoger de nuestras fuerzas, del camino, de las proteínas que a alguno le pareció que pudiera servir para dar mayor fortaleza y de cuanta mierda alguien nos recomendara.
No teníamos otra misión que formarnos para competir en la carrera. Desde el momento que nos asomábamos a existir, toda la cotidianidad del claustro en el que permanecíamos, tenía por único objeto hacernos fuertes, veloces y hábiles. Todos debían aprender los principios de un competidor, quien los olvidara, de ante mano, tenía su condena al fracaso.
La otra regla, aunque no escrita en ninguno de los reglamentos que hay, implica saber escoger la carrera adecuada para competir. Pero aunque hay quienes aseguran haber creado métodos para conocer cuando conviene participar, lo cierto es que siempre acaba siendo una lotería. A quien le toque, pues le toca, sin vuelta atrás.
Todos los competidores decidimos asignarmos un nombre, uno que no tenga que ver con nuestro sexo o nada que nos marque en modo alguno. El mío fue Gabrielle, porque suena amarillo, tiene textura de fluido, además de una cierta luminosidad que me ha servido en muchas ocasiones para iluminar callejones oscuros.
Una vez hecha nuestra elección de nombres, conocer a otros resultó más fácil, compartir un afecto fue de una sencillez alusinante, por tanto ver la forma en la que algunos quedaban tras los demás, resultaba punzante en la piel de dentro.
De los que competíamos, no logro recordar a muchos, incluso me confundo al intentar identificarlos en mis recuerdos. Sé que había uno que llevaba un nombre Verde, con unas formas redondeadas, de un sonido como el que tienen los diego, pero no lo puedo asegurar. Lo encontré en un descanso, otro de los compañeros acababa de fracturarle para pasar un obstáculo. Intentaba recuperarse, mientras, le ayudé un poco, quizá renovara las fuerzas en el camino, o quizás podría convertirse en un compañero , durante parte de la travesía.
El viento nos daba en la cara con fuerza, en ocasiones nos tiraba hacia atrás. En situaciones así, Diego solía ser buen consorte para evitar un retraso mayor.
Luego de una de esas ventoleras, muchos quedaban tan mal heridos que no podían continuar por más que quisieran, otros necesitábamos hacer una pausa en nuestro recorrido. Nos sentábamos en pequeños grupitos, intercambiábamos impresiones, provisiones e incluso algún que otro chisme que surgiera en medio de tanto amasijo de livélulas. Sabíamos que en esta etapa de la competencia podíamos darnos esos pequeños lujos, ya vendría lo difícil, lo crudo, la “hueva”, como decía diego.
Allí estaba Charlie, Iro, Vero y otros que no logro precisar . Este grupo formaba el equipo de inseparables. De ahí salió la relación tan cercana que tuvimos Iro y yo.
Sé que en principio Diego le quería, también que quizá si yo no aparezco de por medio, entre ellos puede que pasara algo. Sin embargo, aparecí, no me importó mucho en realidad,.
Durante los primeros tiempos de nuestra nueva etapa, vimos como Diego adoptaba una actitud de “gónada herida”, aunque solo fue en los primeros momentos. Tan pronto lo nuestro fuedefinitivo, la relación continuó siendo como siempre, sin rencores.
En medio de la carrera, no puede hablarse de noche o de día, sino de instantes de reposo. De esta situación, nace el mito de la luz, de si es como el rojizo que cubre nuestro cielo, solo que con una transparecia cegadora, o que talvéz puede ser como millares y millares de hilos finísimos que unidos forman una capa con la cual cubrirse cuando otra capa nos venda los ojos al acabar el día.
Los que creen que poseen mucha sabiduría, pasan larguísimos tiempos hilvanando y elucubrando teorías sobre la forma de la luz, el origen de ella, e incluso, algunos juran ante todo el que esté dispuesto a prestarles atención, que le han visto de lejos, mientras competidores antiguos, salían disparados por la “Ventana Final”.
Hoy, después de tanto recorrido, sé que la luz es un amasijo de “nada” impertinente, de polvo de nada que chamusca la piel. Sin embargo, en mi estado ya no importa, solo lamento no poder prevenir a otros ilusos, para que no piensen siquiera en lo más profundo de sus intenciones, en convertirse en competidores de la jodida carrera. Pero ¿de qué me sirve lamentarme?, total. ...
tras levantar el campamento en el que hicimos la última parada de descanso, nos despedimos. Habíamos llegado a la parte del camino, señalizada como el púnto álgido. Aquí nadie tenía otro valor que el que pudiera darse a si mismo. Desde ahora, solo viviría quien estuviera dispuesto a olvidarse de todo y todos, a romper con lo que sea necesario. Nunca antes, ni después, ví tantos caídos juntos, tampoco tanta saña contra un semejante. Solo podría compararse con la rabia de los que cuadraron mi porvenir; pero me adelanto al futuro.
A pesar del momento, todavía Diego, Iro y yo, permanecíamos juntos, nos ayudábamos con los obstáculos e incluso llegamos a deshacernos entre los tres de uno de los que ofrecía mayor competencia. “Hoy creo que de haber sabido lo que me esperaba al final, le defiendo en vez de sacarlo del medio. Pero, las reglas, son las reglas…”
Todavía recuerdo el sabor amargo que recorría todas mis células, las ganas de vaciarme desde dentro y el vértigo de náusea que sentimos luego de dejar el cuerpo exangüe de otro que también hubiese intentado extinguirnos, de haber podido. La sensación, me acompañó durante lo que restaba por reptar en el camino.
A Iro, no le afectó tanto el asesinato, más bien lo tomó como un trago de hiel que se tomaba de un golpe, uno que curaba casi con el mismo efecto de un cáncer. Luego me dijo en la intimidad, que antes de conocernos, ya había tenido que hacerlo estando en soledad, de ahí venía su poca emoción en el acto. Yo tendría tiempo sobrado para descubrir que uno se acostumbra a quitar del medio a los estorbos, pero el recuerdo del primer obstáculo siempre queda estampado en la frente y el pecho.
Aceleramos el paso, ya el conducto por el que corríamos quedaba pequeño para todos. Desplazarse, tornose cada vez más difícil, nos apretujábamos por pasar a quien tuviéramos delante o a la par (el modo de pasarle, era lo menos importante…).
Intento olvidar cada micro segundo de esos malditos instantes del fin. No creí nunca que tuviera tanta fuerza, tampoco que mataría tantas veces y en cantidades de esa magnitud, en tiempo tan pequeño.
El suelo que dejaba al pasar, lo recuerdo como un chorro baboso de fluidos sin vida, de competidores embadurnados por la piel de los adversarios, en ocasiones con partes cercenadas de cuajo.
En este momento, no recuerdo de cual de nosotros fue la idea, pero decidimos avanzar abrazados, Iro, Diego y yo. El desplazamiento, cobró una lentitud pasmosa, sin embargo, para asombro de nosotros, esta medida facilitaba la supervivencia, además de que nos permitía bloquearle el paso al grupo que quedaba tras nuestro.
Entonces vino lo grande, la parte culmen, llegamos a la gran ventana. Tuvimos que saltar sin saber a donde, aunque no hubo tiempo para miedo, para retractarse o para sujetarse a nada. Fuimos catapultados al vacío por una fuerza que nos dolió en la piel. Caímos de cualquier modo, con los cuerpos doloridos y nuestras partes desarticuladas de cualquier forma.
Vimos que muchos lo lograron, algunos que superaron todas las posibilidades predichas por quienes ahora veíamos la cara de satisfacción a pesar del evidente dolor por la caída.
A nadie le pasó siquiera la idea de descansar. Tan pronto llegamos al nuevo destino, fuimos enterados de que aquí a penas teníamos hecha la mitad del camino. Este venía cargado de sorpresas nada alagüeñas, de intensidad en dolor, superior a lo que hasta ahora habíamos visto.
Aquí ya no importaba (nunca importó desde que comenzamos) quien quedaba atrás, así fuese nuestra propia pierna. Entendí el significado de esta realidad cuando Iro y yo tuvimos que dejar espatarrado y sin la más mínima posibilidad de levantarse a Diego. Le miramos un segundo, ninguno de los tres dijo nada… luego continuamos corriendo.
No puedo hablar de todo lo que vi en esta etapa, trato por todos los medios de olvidarlo. Pero el rojo no puede olvidarse con facilidad.
A cada paso que dábamos, veíamos acercarse el momento de finalizar, también las ganas de detenerse a tomar un descanso resultaban de un atractivo inmanejable.
Aquí, Iro se apegó más a mi, quería descansar, yo no tenía la mejor condición tan poco. Y cuando tomé la desición de parar aunque sea por un pequeño instante, Iro señaló frente a nosotros. Nunca supe si lo que quería era que mirara la puerta que se abría como unas fauces bulbosas, o los cinco tipos que nos llevaban ventaja. Preferí no ver la ventana y acelerar el paso.
De algún modo nos las arreglamos para eliminar a dos de los cinco que nos llevaban la delantera. De manera que al pie de la ventana, llegamos cinco sujetos medio muertos, adoloridos y con más ganas de morirnos que de entrar en la jodida fosa que nos invitaba a pasar.
Juro por lo que tenga que jurar, que la desición más difícil de todas cuantas tuve que tomar en el camino de mierda que recorrí, fue la que adopté luego de ver como un desgraciado cercenaba en dos a Iro, justo cuando alcanzaba a entrar una pierna por la ventana. La ví caer, no tuve tiempo de sentir nada, me adelanté sobre el individuo logré ajusticiarlo a traición. Los otros dos vinieron sobre mi cuando quedé instalado frente a la entrada, con todas las intenciones de no dejar pasar a nadie.
Iro reptaba como una bacteria asquerosa, los tipos venían contra nosotros hablando con tono conciliador y con el seño de infectado dispuesto a matar por su cura.
Supongo que mi rostro, no tendría nada benigno dibujado.
Los dos sujetos actuaron luego de una señal convenida entre ambos. Iro también la comprendió, no entiendo de que manera pudo defenderme del ataque que uno de ellos me propinaba en conjunto con su compañero. Mientras de cualquier manera ella tenía sobre si a su atacante, yo perdía trozos de piel con el otro, a quien luego de bastante batallar y de perder bastante energía, ví morir culebreando en el suelo.
Caí de bruces, ajeno a todo, asesando de fatiga, cuando vi que Iro aún luchaba. Salté con energías que saqué de ningún lado, encontré de donde apoyarme y por la espalda le metí el golpe final a un pendejo que no pudo acabar con un enemigo medio muerto.
Sonreí, no tengo idea de por que, ayudé a levantarse a Iro y caminé con ella al hombro hasta la entrada. Aquí tuve que elegir, ella o yo, no había espacio para dos. Intentamos entrar juntos, adoptamos posturas imposibles. Nada pudimos hacer.
Vi el estropicio tras de nosotros, le miré también, dije unas palabras de disculpa. Ignoré el miedo en sus ojos, pasé por alto el temblor de mi cuerpo y agradecí que no se pusiera a ladefensiva y finalicé la carrera tras ver como la ventana no era una salida, sino una celda que cerraba sus paredes hasta penetrar en mi piel, hasta diluirme….
¡Balaguer! 12 años de represión y muerte
Balaguer, 12 Años De Represión Y Muerte.
Los 12 años de Joaquín Balaguer, fueron el período histórico correspondiente a 3 etapas consecutivas de gobierno del extinto presidente.
Durante este triple ciclo gubernamental, el país sufrió de diversos atropeyos, que le dieron el nivel de una cuasi dictadura, en la que según dice el periodista Juan Bolívar díaz, la única diferencia con un régimen dictactorial, era la posibilidad de denuncia que poseían los medios (en apariencia, pues en la práctica pudo evidenciarse otra realidad ).
Los gobiernos de esta etapa fueron: 1ºº 1966-1970.
2º 1970-1974.
3º 1974-1978.
Según el libro Historia Social y económica de la República Dominicana del historiador Roberto Cazá, el ascenso de Balaguer al poder, fue fruto de las conbulsiones sociales que vivía el país desde la rebolución de 1965. Además, destaca también el rol protagónico de los estados Unidos, pues Balaguer representaba la parte conservadora, de manera que, iría acorde con los objetivos imperialistas de evitar el “comunismo” y la posibilidad de una nueva cuba en el Caribe (como diría el escritor argentino en una de sus entrevistas: “los estados Unidos, tienen a Latinoamérica como una colonia personal) .
Joaquín Balaguer, venía de haber sido la mano derecha del ajusticiado dictador rafael Leónidas Trujillo, por tanto muchos de sus mecanismos de represión y tortura fueron aprendidos durante la época del trujillato. Convirtiéndose en uno de los gobiernos más sanguinarios de cuantos han pasado por la historia de la república Dominicana.
Vestigios de balaguerismo en la forma de hacer política en la actualidad .
A pesar de la represión y los signos de dictadura de los gobiernos de Balaguer, este también se encargó de dejar una huella visible en las memorias de los ciudadanos, mediante una política de gobierno basada en la promoción de un presidente paternal, un presidente que trataba al pueblo como sus hijos desvalidos. Esta política asistencial, podía palparse mediante las fundas de comida que daba en las distintas localidades del país y utilizando otras medidas que le hicieran ser visto como un protector.
De igual modo, también formaba parte de su política, la implementación de proyectos de infraestructura de embelgadura gigantesca, quitando en más de una ocasión recursos a sectores prioritarios de la nación, para invertirlos en sus mega proyectos.
También, según cuenta Juan bolívar Díaz, hacia el año 1971, el presupuesto para educación fue de a penas u 0.5% del presupuesto nacional.
En este sentido, explica juan Bolívar que esos factores son imitados por los políticos de hoy en día y dice: “el afán por no seder el poder, el tema de encontrar recursos para hacer mega obras, como el metro, túneles y elevados, y que para educación no aparezca, son muestra de balaguerismo. Antes eran las funditas, ahora tienen la tarjeta solidaridad (especie de tarjeta de crédito implementada por el gobierno, con la cual personas escasos recursos acuden a puestos de expender alimentos a comprar por un monto de quinientos pesos), pero en escensia continúa siendo el mismo método, la misma línea de acción.
Balaguer y la represión.
En 1970 inició el segundo período de gobierno del doctor, como le llamaban muchos. En su discurso de toma de posesión hizo alusión a las críticas que le hacía la prensa de violar los derechos de los seres humanos, luego de que el periódico El Nacional publicara una lista de 170 personas que fueron desaparecidas y asesinadas durante el primer gobierno. En este sentido el presidente se presentó como un defensor de los derechos, aunque hizo la salvedad de que en ocasiónes se precisa tomar decisiones drásticas contra los conspiradores izquierdistas.
En la tésis de grado de la estudiante de comunicación Laura Rojas, se afirma que a diferencia de Trujillo, Balaguer fue un dictador que supo mantener su imagen a un bajo perfil, pudiendo lavar su nombre hasta cierto punto de todas las acusaciones que pudieran realizársele.
Durante este tiempo, surgieron distintos periódicocs, además de la difusión de otros que para la época ya existían, entre estos estaban:
El Listín diario (fundado en 1889 por el señor Arturo peyerano alfau) ´
El Nacional (surgido durante el primer período de los 12)
El Última Hora (periódico crítico de los exesos)
La Información (publicado en Santiago).
El Caribe (publicado p durante la época de Trujillo).
Entre otras publicaciones que para entonces debieron enfrentarse al brazo de poder del gobierno.
Otra de las herramientas de represión, fue la conocida como “Banda la colorá”, organismo que funcionaba con actos bandálicos contra los opositores del gobierno. Estaba compuesta por desertores de izquierda, agentes de la policía y sicarios que servían al gobierno. Según el periodista de ejercicio en la época Virgilio Erasme, la banda fue fundada en 1971 por el mayor general José pérez y Pérez, entonces jefe de la policía (según algunos estudiantes de la pontificia Universidad católica Madre y Maestra, intentaron entrevistarle, pero recibieron la información de que en este momento no acepta ningún tipo de entrevista).
La banda la colorá, fue el instrumento de represión principal de entonces. Fueron muchos los que afirmaron haber visto como asesinaban a algún joven, por la banda que el presidente acusaba de terrorista, otros de fasinerosos.
La colorá fue disuelta por el propio Balaguer luego de que el asesinato a cinco jóvenes de un club juvenil, levantara una hola de opiniones que intimidó al doctor, haciéndole tomar en cuenta el poder de las masas y la opinión pública. A partir de aquí, hubo un cierto respiro, sin embargo, todavía continuaban los abusos y exesos disfrazados de vandalismo.
En 1975, ocurrió uno de los hechos que trastornaron con mayor contundencia en los medios y la opinión pública. El asesinato del periodista de izquierda Orlando Martínez, mientras salía de la Universidad autónoma de santo domingo, significó el desvorde de la indignación de los ciudadanos.
Cuenta el periodista en ejercicio Juan Bolívar Díaz que presenció a una cierta distancia la muerte del periodista azuano. Dice que mientras estaba en los previos de su residencia escuchó los disparos, luego se enteró de que había sido Orlando quien había recibido los impactos de bala.
Esta muerte traspasó incluso las fronteras del país, llegando a ser inmortalizado el nombre de la víctima en la canción titulada “al compañero Orlando”, del cantautor Víctor Manuel de España.
Sin embargo no solo fue Orlando quien padeció de estos abusos. También estuvo josé Henríquez Piera, asesinado a balazos cuando regresaba de a su residencia en compañía de sus hijas Sonia y Nuria Piera, quienes posteriormente se dedicaron al ejercicio de la comunicación.
Así mismo el propio Juan Bolívar díaz cuenta que en barias ocasiones recibió amenazas de muerte, que en otra le pusieron una bomba bajo su vehículo, en horas de la madrugada, destruyéndose este. Pero que, la verdadera intención de suprimirle fue cuando através de un oficial de la policía, se enteró de que había intenciones serias de asesinarle, que de hecho le dio los nombres de los que estaban involucrados en el hecho, y que había entre ellos entidades poderosas del país.
Fue entonces cuando desidió exiliarse.
Fueron pocas las oportunidades de expresión de los ciudadanos, estos vieron su oportunidad de expresarse en el evento llamado “7 díaz Con El Pueblo”, en 1974, en el que fueron presentados exponentes de la “Nueva Troba y la Canción”, entre ellos los cubanos: Silvio rodríguez y Noel Nicola; la argentina Mercedes Sosa; los españoles Víctor Manuel y Ana Belén; el grupo venezolano Los guaraguaos; los dominicanos Jhony ventura, Combite, Expresión Joven, entre . otros.
Cuenta Wilfredo alemany, uno de los organizadores de la actividad, que en principio solo estaba llamada a ser una serie de conciertos en distintas ciudades del país, que no habían planeado que acabara desbordándose de la forma que lo hizo.
La gente al escuchar las canciones que llamaban a levantar la voz, a reclamar los derechos, se enalteció, sacaron pancartas pidiendo la libertad para los presos políticos.
El bown que se puso de manifiesto, provocó que en el séptimo día, el gobierno decidiera mandar la orden de que clausuraran de inmediato el evento. Según Alemany, al parecer el gobierno se intimidó por el poder que había tomado la temática de los presos políticos en la opinión pública, Razón por la cual días más tarde fueron liberados algunos de los presos.
Este logro, desde nuestro punto de vista, ha significado uno de los mayores triunfos que ha conseguido la ciudadanía mediante manifestaciones masivas. Wilfredo Alemany, compara el revuelo ocasionado entonces con el movimiento que en la actualidad exige el 4% para la educación.
Los gobiernos que en república Dominicana han querido tomar el poder como parte íntima de sus bienes, son aquellos que mayor daño le han granjeado al país. No solo los 12 años del doctor, sino todas las dictaduras que de un modo otro significan la opresión, la censura, la muerte sangrienta y la pérdida de derechos tan inherentes al ser humano, como la libertad y la libre expresión del pensamiento.
Tales ejemplos, deben fungir como estampas surcadas en la retina, recordatorio de los errores de los ciudadanos, de los perfiles del abuso y la tiranía, de las víctimas y los sacrificados.
Los seres humanos poseen la libertad en su ser, son entes de expresión. Por tanto, cualquier intención de suprimir la naturaleza humana es similar o peor que la muerte.
J.B
Los 12 años de Joaquín Balaguer, fueron el período histórico correspondiente a 3 etapas consecutivas de gobierno del extinto presidente.
Durante este triple ciclo gubernamental, el país sufrió de diversos atropeyos, que le dieron el nivel de una cuasi dictadura, en la que según dice el periodista Juan Bolívar díaz, la única diferencia con un régimen dictactorial, era la posibilidad de denuncia que poseían los medios (en apariencia, pues en la práctica pudo evidenciarse otra realidad ).
Los gobiernos de esta etapa fueron: 1ºº 1966-1970.
2º 1970-1974.
3º 1974-1978.
Según el libro Historia Social y económica de la República Dominicana del historiador Roberto Cazá, el ascenso de Balaguer al poder, fue fruto de las conbulsiones sociales que vivía el país desde la rebolución de 1965. Además, destaca también el rol protagónico de los estados Unidos, pues Balaguer representaba la parte conservadora, de manera que, iría acorde con los objetivos imperialistas de evitar el “comunismo” y la posibilidad de una nueva cuba en el Caribe (como diría el escritor argentino en una de sus entrevistas: “los estados Unidos, tienen a Latinoamérica como una colonia personal) .
Joaquín Balaguer, venía de haber sido la mano derecha del ajusticiado dictador rafael Leónidas Trujillo, por tanto muchos de sus mecanismos de represión y tortura fueron aprendidos durante la época del trujillato. Convirtiéndose en uno de los gobiernos más sanguinarios de cuantos han pasado por la historia de la república Dominicana.
Vestigios de balaguerismo en la forma de hacer política en la actualidad .
A pesar de la represión y los signos de dictadura de los gobiernos de Balaguer, este también se encargó de dejar una huella visible en las memorias de los ciudadanos, mediante una política de gobierno basada en la promoción de un presidente paternal, un presidente que trataba al pueblo como sus hijos desvalidos. Esta política asistencial, podía palparse mediante las fundas de comida que daba en las distintas localidades del país y utilizando otras medidas que le hicieran ser visto como un protector.
De igual modo, también formaba parte de su política, la implementación de proyectos de infraestructura de embelgadura gigantesca, quitando en más de una ocasión recursos a sectores prioritarios de la nación, para invertirlos en sus mega proyectos.
También, según cuenta Juan bolívar Díaz, hacia el año 1971, el presupuesto para educación fue de a penas u 0.5% del presupuesto nacional.
En este sentido, explica juan Bolívar que esos factores son imitados por los políticos de hoy en día y dice: “el afán por no seder el poder, el tema de encontrar recursos para hacer mega obras, como el metro, túneles y elevados, y que para educación no aparezca, son muestra de balaguerismo. Antes eran las funditas, ahora tienen la tarjeta solidaridad (especie de tarjeta de crédito implementada por el gobierno, con la cual personas escasos recursos acuden a puestos de expender alimentos a comprar por un monto de quinientos pesos), pero en escensia continúa siendo el mismo método, la misma línea de acción.
Balaguer y la represión.
En 1970 inició el segundo período de gobierno del doctor, como le llamaban muchos. En su discurso de toma de posesión hizo alusión a las críticas que le hacía la prensa de violar los derechos de los seres humanos, luego de que el periódico El Nacional publicara una lista de 170 personas que fueron desaparecidas y asesinadas durante el primer gobierno. En este sentido el presidente se presentó como un defensor de los derechos, aunque hizo la salvedad de que en ocasiónes se precisa tomar decisiones drásticas contra los conspiradores izquierdistas.
En la tésis de grado de la estudiante de comunicación Laura Rojas, se afirma que a diferencia de Trujillo, Balaguer fue un dictador que supo mantener su imagen a un bajo perfil, pudiendo lavar su nombre hasta cierto punto de todas las acusaciones que pudieran realizársele.
Durante este tiempo, surgieron distintos periódicocs, además de la difusión de otros que para la época ya existían, entre estos estaban:
El Listín diario (fundado en 1889 por el señor Arturo peyerano alfau) ´
El Nacional (surgido durante el primer período de los 12)
El Última Hora (periódico crítico de los exesos)
La Información (publicado en Santiago).
El Caribe (publicado p durante la época de Trujillo).
Entre otras publicaciones que para entonces debieron enfrentarse al brazo de poder del gobierno.
Otra de las herramientas de represión, fue la conocida como “Banda la colorá”, organismo que funcionaba con actos bandálicos contra los opositores del gobierno. Estaba compuesta por desertores de izquierda, agentes de la policía y sicarios que servían al gobierno. Según el periodista de ejercicio en la época Virgilio Erasme, la banda fue fundada en 1971 por el mayor general José pérez y Pérez, entonces jefe de la policía (según algunos estudiantes de la pontificia Universidad católica Madre y Maestra, intentaron entrevistarle, pero recibieron la información de que en este momento no acepta ningún tipo de entrevista).
La banda la colorá, fue el instrumento de represión principal de entonces. Fueron muchos los que afirmaron haber visto como asesinaban a algún joven, por la banda que el presidente acusaba de terrorista, otros de fasinerosos.
La colorá fue disuelta por el propio Balaguer luego de que el asesinato a cinco jóvenes de un club juvenil, levantara una hola de opiniones que intimidó al doctor, haciéndole tomar en cuenta el poder de las masas y la opinión pública. A partir de aquí, hubo un cierto respiro, sin embargo, todavía continuaban los abusos y exesos disfrazados de vandalismo.
En 1975, ocurrió uno de los hechos que trastornaron con mayor contundencia en los medios y la opinión pública. El asesinato del periodista de izquierda Orlando Martínez, mientras salía de la Universidad autónoma de santo domingo, significó el desvorde de la indignación de los ciudadanos.
Cuenta el periodista en ejercicio Juan Bolívar Díaz que presenció a una cierta distancia la muerte del periodista azuano. Dice que mientras estaba en los previos de su residencia escuchó los disparos, luego se enteró de que había sido Orlando quien había recibido los impactos de bala.
Esta muerte traspasó incluso las fronteras del país, llegando a ser inmortalizado el nombre de la víctima en la canción titulada “al compañero Orlando”, del cantautor Víctor Manuel de España.
Sin embargo no solo fue Orlando quien padeció de estos abusos. También estuvo josé Henríquez Piera, asesinado a balazos cuando regresaba de a su residencia en compañía de sus hijas Sonia y Nuria Piera, quienes posteriormente se dedicaron al ejercicio de la comunicación.
Así mismo el propio Juan Bolívar díaz cuenta que en barias ocasiones recibió amenazas de muerte, que en otra le pusieron una bomba bajo su vehículo, en horas de la madrugada, destruyéndose este. Pero que, la verdadera intención de suprimirle fue cuando através de un oficial de la policía, se enteró de que había intenciones serias de asesinarle, que de hecho le dio los nombres de los que estaban involucrados en el hecho, y que había entre ellos entidades poderosas del país.
Fue entonces cuando desidió exiliarse.
Fueron pocas las oportunidades de expresión de los ciudadanos, estos vieron su oportunidad de expresarse en el evento llamado “7 díaz Con El Pueblo”, en 1974, en el que fueron presentados exponentes de la “Nueva Troba y la Canción”, entre ellos los cubanos: Silvio rodríguez y Noel Nicola; la argentina Mercedes Sosa; los españoles Víctor Manuel y Ana Belén; el grupo venezolano Los guaraguaos; los dominicanos Jhony ventura, Combite, Expresión Joven, entre . otros.
Cuenta Wilfredo alemany, uno de los organizadores de la actividad, que en principio solo estaba llamada a ser una serie de conciertos en distintas ciudades del país, que no habían planeado que acabara desbordándose de la forma que lo hizo.
La gente al escuchar las canciones que llamaban a levantar la voz, a reclamar los derechos, se enalteció, sacaron pancartas pidiendo la libertad para los presos políticos.
El bown que se puso de manifiesto, provocó que en el séptimo día, el gobierno decidiera mandar la orden de que clausuraran de inmediato el evento. Según Alemany, al parecer el gobierno se intimidó por el poder que había tomado la temática de los presos políticos en la opinión pública, Razón por la cual días más tarde fueron liberados algunos de los presos.
Este logro, desde nuestro punto de vista, ha significado uno de los mayores triunfos que ha conseguido la ciudadanía mediante manifestaciones masivas. Wilfredo Alemany, compara el revuelo ocasionado entonces con el movimiento que en la actualidad exige el 4% para la educación.
Los gobiernos que en república Dominicana han querido tomar el poder como parte íntima de sus bienes, son aquellos que mayor daño le han granjeado al país. No solo los 12 años del doctor, sino todas las dictaduras que de un modo otro significan la opresión, la censura, la muerte sangrienta y la pérdida de derechos tan inherentes al ser humano, como la libertad y la libre expresión del pensamiento.
Tales ejemplos, deben fungir como estampas surcadas en la retina, recordatorio de los errores de los ciudadanos, de los perfiles del abuso y la tiranía, de las víctimas y los sacrificados.
Los seres humanos poseen la libertad en su ser, son entes de expresión. Por tanto, cualquier intención de suprimir la naturaleza humana es similar o peor que la muerte.
J.B
sábado, 23 de octubre de 2010
Las Historias Que Perdemos.
Las historias que perdemos los periodistas.
"aquí tienen un artículo que he encontrado en la página de la revista A primera Página, suplemento que promueve un periodismo enfocado en la igualdad de género y otros aspectos de las marginalidades sociales".
(J.B)
Por Riamny Méndez
Las periodistas y los periodistas escribimos para informar a los lectores sobre realidades que suelen ser amplias y complejas. Cuando las noticias, los reportajes, las crónicas llegan al público, tienen además de datos y citas, nuestros sellos: la formación, las ideas políticas, la concepción del ser humano y los prejuicios que con frecuencia, a nuestro pesar, cargamos.
Mientras más de prisa escribimos, presionados, presionadas por la urgencia del cierre, más fácil es que junto con los errores de redacción, salgan a flote los prejuicios ocultos que nos acompañan y que suelen estigmatizar a las personas oprimidas o rechazadas. Frases que en una segunda lectura, hubiésemos eliminado, quedan impresas para confirmar que no estamos convencidos de que los haitianos y haitianas, son humanos, pues en un accidente, gracias a ciertos titulares y párrafos, pueden morir "varias personas y un haitiano".
Otras formas de discriminación más sutiles se deslizan en nuestros textos. En las redacciones hay reglas no escritas, ni siquiera pensadas: Cuando escribimos de un sector-que para los sitios de clase media la palabra barrio está tontamente prohibida- las personas son residentes y si contamos la historia de una zona marginada, hablamos de habitantes, pues ellos no tienen derecho a residir en ningún lugar.
Y aunque en términos formales el intercambio de sustantivos y adjetivos no tenga mayor implicación semántica, ni un código escrito de descodificación, todo lector dominicano conoce el sesgo de clase de esas palabras. Para residir y tener derechos a un espacio urbano decente, para exigirlo a las autoridades, hay que ser al menos de clase media alta y vivir en un "residencial", no en un barrio.
Desde estos pequeños detalles los prejuicios empiezan a matar las historias que tenemos que contar. Intuyo que con frecuencia las denuncias de ruidos en barrios pobres se pasan por alto, porque se parte de la premisa de que así son -y deben ser- las cosas en esos lugares, que no hay nada qué hacer, que no vale la pena denunciarlo.
Otros prejuicios que nos impiden entender la realidad a plenitud, no se reflejan sólo al momento de redactar. Inician desde que la periodista o el el periodista visita el lugar e interactúa con las personas de las que va a escribir.
Conozco la anécdota de un periodista que acudió a Villa Duarte, un barrio de Santo Domingo Este, a trabajar en un reportaje sobre la cañada de El Caliche, un sitio muy contaminado, donde residen personas pobres en casas frágiles, muy expuestas a la inundación. Cuando llegó a la zona, el reportero se dio cuenta de que la cañada estaba llena de basura y de que había una fuga en las tuberías de agua potable.
Reaccionó indignado ante la indolencia de una población que tiraba desperdicios en la cañada, que dañaba su propio hábitat. Las razones de por qué ocurría aquello, la responsabilidad de las autoridades en el asunto, el contexto de aquel barrio, habían sido borrados por él. La gente -y toda la gente- era responsable de la situación, si se lo propusieran dejarían el hoyo, pensó y no tuvo la delicadeza de callarse.
De esa forma, empiezan a perderse miradas de una realidad, por desconocimiento pero también por el prejuicio que impide buscar razones, por la tendencia a culpabilizar a la gente de su propia desgracia: si viven en un lugar deforestado, pues ellos tienen la culpa por haber tumbado los árboles; si su barrio está sucio, es que ellos tiran la basura. Lo de la mirada amplia, el tomar en cuenta diferentes puntos de vista, explicaciones de especialistas de diversas tenencias, rueda con frecuencia por los suelos, incluso en los trabajos más sesudos.
Y a mi juicio lo peor que sucede a la hora de hablar de personas marginadas son las generalizaciones. "Ellos (todos) son así". Es como decir que todos los chinos se dedican al comercio: una muestra de ignorancia y de superficialidad. Sin embargo, es lo que hacemos sutilmente cuando decimos que a pesar de la crisis, los residentes de un barrio marginado se dedican a beber cervezas en el colmadón. Pero, ¿cuántos?
En cada pueblo, barrio o país lleno de pobrezas hay miles de micro universos, que no se entienden ni con generalizaciones, ni por una contraposición de buenos y malos, víctimas y victimarios. El chico que se droga es a veces verdugo, víctima y agente de cambio.
Muchos factores externos y estructuras impactan cada realidad. Desde la política internacional hasta la decisión del gobierno de devaluar su moneda, pueden haber influido en el hecho de que una chica no haya ido a la escuela y haya reproducido en su hijo el círculo de la pobreza.
Claro, también hay historias maravillosas, de esas que nos alegran el día. Me encanta escribirlas y leerlas, entrevistar protagonistas que han superado situaciones extraordinarias, pero no podemos perder la perspectiva. Esas historias excepcionales con frecuencia no son la vara para medir toda la realidad. En todo caso nos dan una perspectiva de una parte de la vida, refrescante y alentadora. No pueden servir para enseñar, cuales predicadores del evangelio de la prosperidad, que los otros son pobres porque quieren, porque no trabajan lo suficiente.
Además de culpabilizar a la víctima, suele ocurrir que la "victimicemos" aún más, y eso implica otro gran pecado del periodismo: negarse a escuchar y proyectar la voz las personas que no tienen un poder evidente.
Una de las tragedias más terrible que ha ocurrido en el país fue la riada de Jimaní, en mayo de 2004. Estuve ahí como reportera. Ocurrió lo clásico. Las primeras horas tratábamos de establecer con las autoridades la magnitud de la tragedia, los organismos oficiales la desconocían. Estaban atrapados en medio del asombro, porque la posibilidad de que el río Blanco recuperara su antiguo cauce era tan remota que a nadie se le ocurrió.
Pero, seguíamos aferrados a las autoridades para que nos ayudaran a comprender aquello y nos acercábamos a la gente para que nos contaran la tragedia, el drama humano, los niños que se ahogaron, los padres que no pudieron sostener a sus hijos y los vieron ahogarse, impotentes. Eran las víctimas que esperaban la ayuda y nos contaban su drama.
A pesar de nosotros y nosotras, que íbamos en busca de esas historias -que por supuesto también hay que contar-, a medida que pasaba el tiempo, ellos tenían otras cosas que decir: ideas de cómo repartir la ayuda, quejas de los rescates. En el pueblo había estructuras comunitarias que podían ayudar en las reparticiones.
Recuerdo que un grupo de mujeres haitianas que iba al mercado binacional de Jimaní ese día, empezó la ayuda. Buscaron calderos y cocinaron para los sobrevivientes, la ayuda oficial aún no llegaba. También tenían una voz, esas personas ahogadas eran sus amigos, sus socios, sus clientes y si ellas reaccionaron en un momento en que todo el mundo estaba turbado, a lo mejor podían tener ideas interesantes para ayudar.
La voz de las personas marginadas, como ocurre en ocasiones con las mujeres, se pierde porque ocupan una posición secundaria en la jerarquía formal.
Si vamos a un pueblo donde se realiza un proyecto comunitario interesante, entrevistamos, como es lógico, a los líderes del programa, al presidente de la organización que realizó la obra. Pero, ocurre, con frecuencia, que la obra es empujada por las mujeres, que ellas hacen un gran activismo, trabajan motivan a la gente y logran su objetivo.
En las iglesias católicas entrevistamos al sacerdote-y recordemos que no hay sacerdotisas- aunque el trabajo de las pastorales, el liderazgo en las comunidades lo llevan las mujeres que catequizan, visitan los enfermos y las cárceles y conocen de primera mano historias espectaculares. Sin embargo, se hacen invisibles y ellas mismas te piden: entrevista al sacerdote, al presidente de la Junta.
Creo que la vara para entender las realidades y encontrar historias interesantes consiste en escuchar con atención, palpar, oler cada micro universo de una realidad compleja y luego dejar los prejuicios a un lado y dejarnos sorprender. No olvidar que somos periodistas porque preguntamos, a la gente, al Gobierno, a los expertos, a los jefes de las mafias. Somos los profesionales de las preguntas, eternos ignorantes frente al ministro y frente al carbonero, oídos ansiosos por escuchar y descubrir.
De: www.aprimeraplana.org
J.B
"aquí tienen un artículo que he encontrado en la página de la revista A primera Página, suplemento que promueve un periodismo enfocado en la igualdad de género y otros aspectos de las marginalidades sociales".
(J.B)
Por Riamny Méndez
Las periodistas y los periodistas escribimos para informar a los lectores sobre realidades que suelen ser amplias y complejas. Cuando las noticias, los reportajes, las crónicas llegan al público, tienen además de datos y citas, nuestros sellos: la formación, las ideas políticas, la concepción del ser humano y los prejuicios que con frecuencia, a nuestro pesar, cargamos.
Mientras más de prisa escribimos, presionados, presionadas por la urgencia del cierre, más fácil es que junto con los errores de redacción, salgan a flote los prejuicios ocultos que nos acompañan y que suelen estigmatizar a las personas oprimidas o rechazadas. Frases que en una segunda lectura, hubiésemos eliminado, quedan impresas para confirmar que no estamos convencidos de que los haitianos y haitianas, son humanos, pues en un accidente, gracias a ciertos titulares y párrafos, pueden morir "varias personas y un haitiano".
Otras formas de discriminación más sutiles se deslizan en nuestros textos. En las redacciones hay reglas no escritas, ni siquiera pensadas: Cuando escribimos de un sector-que para los sitios de clase media la palabra barrio está tontamente prohibida- las personas son residentes y si contamos la historia de una zona marginada, hablamos de habitantes, pues ellos no tienen derecho a residir en ningún lugar.
Y aunque en términos formales el intercambio de sustantivos y adjetivos no tenga mayor implicación semántica, ni un código escrito de descodificación, todo lector dominicano conoce el sesgo de clase de esas palabras. Para residir y tener derechos a un espacio urbano decente, para exigirlo a las autoridades, hay que ser al menos de clase media alta y vivir en un "residencial", no en un barrio.
Desde estos pequeños detalles los prejuicios empiezan a matar las historias que tenemos que contar. Intuyo que con frecuencia las denuncias de ruidos en barrios pobres se pasan por alto, porque se parte de la premisa de que así son -y deben ser- las cosas en esos lugares, que no hay nada qué hacer, que no vale la pena denunciarlo.
Otros prejuicios que nos impiden entender la realidad a plenitud, no se reflejan sólo al momento de redactar. Inician desde que la periodista o el el periodista visita el lugar e interactúa con las personas de las que va a escribir.
Conozco la anécdota de un periodista que acudió a Villa Duarte, un barrio de Santo Domingo Este, a trabajar en un reportaje sobre la cañada de El Caliche, un sitio muy contaminado, donde residen personas pobres en casas frágiles, muy expuestas a la inundación. Cuando llegó a la zona, el reportero se dio cuenta de que la cañada estaba llena de basura y de que había una fuga en las tuberías de agua potable.
Reaccionó indignado ante la indolencia de una población que tiraba desperdicios en la cañada, que dañaba su propio hábitat. Las razones de por qué ocurría aquello, la responsabilidad de las autoridades en el asunto, el contexto de aquel barrio, habían sido borrados por él. La gente -y toda la gente- era responsable de la situación, si se lo propusieran dejarían el hoyo, pensó y no tuvo la delicadeza de callarse.
De esa forma, empiezan a perderse miradas de una realidad, por desconocimiento pero también por el prejuicio que impide buscar razones, por la tendencia a culpabilizar a la gente de su propia desgracia: si viven en un lugar deforestado, pues ellos tienen la culpa por haber tumbado los árboles; si su barrio está sucio, es que ellos tiran la basura. Lo de la mirada amplia, el tomar en cuenta diferentes puntos de vista, explicaciones de especialistas de diversas tenencias, rueda con frecuencia por los suelos, incluso en los trabajos más sesudos.
Y a mi juicio lo peor que sucede a la hora de hablar de personas marginadas son las generalizaciones. "Ellos (todos) son así". Es como decir que todos los chinos se dedican al comercio: una muestra de ignorancia y de superficialidad. Sin embargo, es lo que hacemos sutilmente cuando decimos que a pesar de la crisis, los residentes de un barrio marginado se dedican a beber cervezas en el colmadón. Pero, ¿cuántos?
En cada pueblo, barrio o país lleno de pobrezas hay miles de micro universos, que no se entienden ni con generalizaciones, ni por una contraposición de buenos y malos, víctimas y victimarios. El chico que se droga es a veces verdugo, víctima y agente de cambio.
Muchos factores externos y estructuras impactan cada realidad. Desde la política internacional hasta la decisión del gobierno de devaluar su moneda, pueden haber influido en el hecho de que una chica no haya ido a la escuela y haya reproducido en su hijo el círculo de la pobreza.
Claro, también hay historias maravillosas, de esas que nos alegran el día. Me encanta escribirlas y leerlas, entrevistar protagonistas que han superado situaciones extraordinarias, pero no podemos perder la perspectiva. Esas historias excepcionales con frecuencia no son la vara para medir toda la realidad. En todo caso nos dan una perspectiva de una parte de la vida, refrescante y alentadora. No pueden servir para enseñar, cuales predicadores del evangelio de la prosperidad, que los otros son pobres porque quieren, porque no trabajan lo suficiente.
Además de culpabilizar a la víctima, suele ocurrir que la "victimicemos" aún más, y eso implica otro gran pecado del periodismo: negarse a escuchar y proyectar la voz las personas que no tienen un poder evidente.
Una de las tragedias más terrible que ha ocurrido en el país fue la riada de Jimaní, en mayo de 2004. Estuve ahí como reportera. Ocurrió lo clásico. Las primeras horas tratábamos de establecer con las autoridades la magnitud de la tragedia, los organismos oficiales la desconocían. Estaban atrapados en medio del asombro, porque la posibilidad de que el río Blanco recuperara su antiguo cauce era tan remota que a nadie se le ocurrió.
Pero, seguíamos aferrados a las autoridades para que nos ayudaran a comprender aquello y nos acercábamos a la gente para que nos contaran la tragedia, el drama humano, los niños que se ahogaron, los padres que no pudieron sostener a sus hijos y los vieron ahogarse, impotentes. Eran las víctimas que esperaban la ayuda y nos contaban su drama.
A pesar de nosotros y nosotras, que íbamos en busca de esas historias -que por supuesto también hay que contar-, a medida que pasaba el tiempo, ellos tenían otras cosas que decir: ideas de cómo repartir la ayuda, quejas de los rescates. En el pueblo había estructuras comunitarias que podían ayudar en las reparticiones.
Recuerdo que un grupo de mujeres haitianas que iba al mercado binacional de Jimaní ese día, empezó la ayuda. Buscaron calderos y cocinaron para los sobrevivientes, la ayuda oficial aún no llegaba. También tenían una voz, esas personas ahogadas eran sus amigos, sus socios, sus clientes y si ellas reaccionaron en un momento en que todo el mundo estaba turbado, a lo mejor podían tener ideas interesantes para ayudar.
La voz de las personas marginadas, como ocurre en ocasiones con las mujeres, se pierde porque ocupan una posición secundaria en la jerarquía formal.
Si vamos a un pueblo donde se realiza un proyecto comunitario interesante, entrevistamos, como es lógico, a los líderes del programa, al presidente de la organización que realizó la obra. Pero, ocurre, con frecuencia, que la obra es empujada por las mujeres, que ellas hacen un gran activismo, trabajan motivan a la gente y logran su objetivo.
En las iglesias católicas entrevistamos al sacerdote-y recordemos que no hay sacerdotisas- aunque el trabajo de las pastorales, el liderazgo en las comunidades lo llevan las mujeres que catequizan, visitan los enfermos y las cárceles y conocen de primera mano historias espectaculares. Sin embargo, se hacen invisibles y ellas mismas te piden: entrevista al sacerdote, al presidente de la Junta.
Creo que la vara para entender las realidades y encontrar historias interesantes consiste en escuchar con atención, palpar, oler cada micro universo de una realidad compleja y luego dejar los prejuicios a un lado y dejarnos sorprender. No olvidar que somos periodistas porque preguntamos, a la gente, al Gobierno, a los expertos, a los jefes de las mafias. Somos los profesionales de las preguntas, eternos ignorantes frente al ministro y frente al carbonero, oídos ansiosos por escuchar y descubrir.
De: www.aprimeraplana.org
J.B
domingo, 17 de octubre de 2010
Historia Del Periodismo Dominicano desde El Siglo XIX/XX
Historia del periodismo dominicano desde el siglo XIX hasta el siglo XX.
D
esde sus inicios, el periodismo ha sido la respuesta a la necesidad de denuncias de las irregularidades sociales, culturales y políticas de las distintas sociedades del mundo. Con orígenes más o menos similares, en escenccia el resultado resulta lo mismo casi en su totalidad. Contiendas bélicas, intervenciones extranjeras, mala administración del estado, entre otras anormalidades son las que dan inicio a la actividad periodística del mundo.
A dicha forma de nacimiento de la prensa escrita, no escapa el periodismo dominicano. De hecho es en una de las situaciones más difíciles de la historia dominicana cuando surge la actividad periodística en el siglo XIX, durante el período histórico conocido como “La España Boba”.
Por esta época la antigua colonia española llamada Santo domingo, había sido abandonada por la corona de España. en La parte oeste de la isla la actividad económica poseía mayor fortaleza debido a la colonización de los franceses en lo que hoy se conoce como Haití. Fue en este período cuando para evitar que los colonizadores de Francias penetraran a la isla por la parte de santo Domingo, cuando los haitianos tomaron la iniciativa de venir a este lado en acuerdo con un grupo de criollos, en una estrategia militar que buscaba impedir la invasión por todos los frentes.
A raíz de los insidentes citados, los haitianos permanecieron en Santo domingo ahora con una actitud muy semejante a la invasión o de represión.
Luego de haber estado en una situación en la que las mujeres criollas de cierta posición económica visitaban la iglesia al amanecer para que no se notara las condiciones de desamparo en la que permanecían a raíz del abandono por parte de la corona española (historia de la republica dominicana- Filiberto Cruz Sánchez), ahora eran invadidos por el lado francés.
Puede que hallan sido estos los detonantes de la primera actividad periodística por parte de los criollos, en manos del criollo José núñez de Cáceres, intelectual que para entonces mostraba interés por las tensiones sociales del momento y que en busca de una respuesta al estancamiento intelectual de entonces, además de la falta de denuncia de las irregularidades de brazo de los haitianos, funda el suplemento periodístico, “El telégrafo constitucional de santo domingo” para 1821. Además de las denuncias vía el suplemento, también denunciaba las anomalías mediante el uso de recursos literarios, llegando a ser considerado como uno de los primeros dominicanos en utilizar la literatura como forma de protesta. Según algunos autores como es el caso de don Mariano Lebrón saviñón en su libro Historia de la cultura dominicana, el primer periódico dominicano fue el “telégrafo continental”, nacido este el 5 de abril de 1821, dirigido por Antonio María Pineda, un natural de las islas canarias, con la colaboración de José nüñez de Cáceres. Esta última versión negaría entonces la tésis que presenta a núñez de Cáceres como el padre del periodismo dominicano, o por lo menos lo pondría en una posición compartida con Pineda.
Tras haber colaborado con pineda en el telégrafo, ya con sus ideas independentistas posicionadas, José Núñez de Cáceres funda el periódico “El Duende”. Era un suplemento dominical de opinión y adoctrinamiento en el que una vez más el soporte principal lo marcaban las ideas de protesta.
Cabe decir que estos dos periódicos nacieron casi al mismo tiempo, que fueron editados en la misma imprenta y que poseían un tamaño muy similar en cuanto al número de folios de cada uno.
A partir de esta época la actividad periodística giró en estos sentidos, su ploriferación fue creciendo de forma continua tanto en los ejemplares con cierto carácter formal, como los de línea clandestina como era el caso de los boletines o pasquines. En el caso de las publicaciones clandestinas uno de los que mayor importancia poseyó para la época fue el conocido como Santo domingo Español, dirigido por José María serrá.
Santo domingo Español fue una publicación periódica que denunciaba y repudiaba la dominación haitiana, nació en 1835 y tras haber sido descubierto serrá como el autor del suplemento por el patricio Juan Pablo Duarte, este último desidió unírsele en la elaboración editorial.
José maría serrá continuaría participando de las denuncias y protestas durante todo este tiempo, incluso fue parte activa del movimiento independentista conocido como La trinitaria en donde durante una presentación de teatro pronunciara las famosas palabras: “¡Me quiere llevar el diablo, cuando me piden pan y me lo piden en francés!”.
A todo esto jugó un papel preponderante en el proceso de independencia junto a duarte y en 1845, un año después de la declaración de la parte española de la isla como república Dominicana, junto a Pedro antonio Bobea, Manuel María Valencia y félix del Monte, funda “El dominicano”, dedicado este a la actividad literaria, pero que fue de corta duración.
A partir del surgimiento de la prensa como ente social de cierto poder de influencia colectiva, los políticos de la época desidieron tomar en cuenta este hecho en su forma de actuar, y en la constitución del 6 de noviembre de 1844, en su artículo 23, declaró el derecho a la libertad de expresión, a pesar de que no se cumplió a cavalidad por algunas estratagemas utilizadas por el general Pedro Santana. En este sentido también fue incluida la actividad periodística en la constitución del 6 de mayo de 1846, cuando fue escrito el artículo que otorgaba el derecho de la libertad de prensa, aunque en esta ocasión poseía también subterfugios que permitían al gobierno coartar las opiniones o denuncias que pudieran realizar los periodistas de entonces.
A todo esto, el número de periódicos que surgían y desaparecían, presentaba una gran variedad de criterios y Concepts. En ocasiones, no eran más que pequeños boletines o folios, pero también los hubo de gran poder por lo menos en el tiempo que pudieron permanecer circulando.
Acontinuación, un extracto en el que se muestran una breve reseña de los diarios, semanarios y otros periódicos de la época, publicada en el libro de don Mariano Lebrón saviñón, Historia de la Cultura dominicana, en el quinto volumen de la edición publicada por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña:
Llegaron los años de feroz tiranía. El árbitro de los destinos del país era el protervo y feroz Ulises Hereaux, quien como todo tirano, se dispuso a amordazar la prensa. Para el efecto en 1899 propicio una Ley que puso fuerte trabas a la fundación de nuevos periódicos. De esta manera sólo los apegados al régimen podían gozar del privilegio de ejercer el periodismo. La prensa, como sucedió en la era de Trujillo, estaba silenciada y de rodilla.
En 1851 se fundó la Gaceta del Gobierno, La Española Libre y el Correo del Cibao, este último vio la luz en Santiago de los Caballeros. La Española Libre fue dirigida por Manuel María Gautier (1827-1897), José María González y Nicolás Ureña. Gautier fue un periodista de combate, y rudo en el ataque y de una frialdad absoluta en el análisis político (Nota. Fue un político activísimo que en 1887 llegó a ser Vicepresidente de la República)
En 1853, Nicolás Ureña, separado de La Española Libre, fundó El Progreso, y al año siguiente (1854) El Porvenir, con la colaboración de Alejandro Angulo Guridi, en calidad de redactor y encargado de las cosas políticas, en tanto que Ureña se ocupaba de las cosas literarias. Ambos trabajaban unidos por amor a una amistad que nació de una violenta polémica, en el periódico colaboraron, además José María González, Manuel María Gautier, Félix María del Monte y Antonio Delfín Madrigal
Nicolás Ureña, aunque no era escritor polémico, sino tan sólo un poeta un tanto bucólico, y como periodista, conciliador, aunque de temperamento firme, aun así. Combatió a Santana, que ya mostraba la garra de su intención anexionista. Y en 1855, éste, que había escalo el poder una vez más, lo expulsó del país. Con su ausencia y la muerte de las libertades desapareció El Porvenir.
En el mismo año en que naciera este periódico aparecieron otros dos; El Oasis y El Orden. Fueron también periódico de vida efímera. El Oasis desapareció dos años después
También en ese año El Dominicano tuvo su segunda época pero ya al año siguiente había desaparecido de nuevo. En el 1856 dos nuevos periódicos ven la luz pública; El Eco del Pueblo y La República. Este último fue fundado por Angulo Guridi, quien poco tiempo después tuvo que abandonarlo, porque fijó su residencia en Santiago de los Caballeros, donde José Desiderio Valverde, líder de una revolución en contra de Buenaventura Báez, había instalado un gobierno provisional opuesto al de Santo Domingo.
El país vióse en la insólita situación de tener dos presidentes; uno en Santiago y otro en Santo Domingo. El gobierno del Cibao confió a Angulo Guridi la redacción de la Gaceta Oficial, en tanto que él fundaba el periódico La Reforma donde defendió a Buenaventura Báez, que era la negación de las cosas que aquel creía. También en ese año fundóse en Santiago de los Caballeros, el periódico El Cibaeño, que dirigió Manuel de Jesús Peña y Reynoso
Los trabajos de Angulo Guridi en La Razón traían siempre el sello de una fogosa personalidad y propugnaban una reorganización política que permitiera al país desencallar el barco de su destino. Dolorosamente atapado en la roca de las pasiones desbordas. De modo que cuando en 1858, el Congreso Constituyente, reunido en Moca, votó la nueva Constitución, Él la combatió, y luego, motu propio, redactó un proyecto de Constitución que publicó en la Gaceta Oficial
Pero los días venían negros para él. Tras Buenaventura Báez vino Pedro Santana. Y al realizar éste la Anexión a España, Angulo Guridi tuvo que abandonar su patria, a la que no regresó hasta 1875. En cuanto al Eco del Pueblo, apenas duró un año (1856-57). En 1857 también se fundó en Santiago El Cibaeño, y en 1859, en la capital, Flores del Ozama.
El otro Angulo Guridi, Javier ardiente patriota que alcanzó el grado de general en la guerra Restauradora, fundó El Progreso, en 1861, en Santiago de los Caballeros; El Tiempo, en 1866, y el Sol, en 1868.
En 1862 vio la luz pública La Razón, cuyo director fue el notable escritor Manuel de Jesús Galván, quien ejerció el periodismo desde su temprana juventud (Nota: había fundado en 1850 el periódico Oasis, órgano del la Sociedad Santiaguense Amantes de la Luz.). Durante la guerra restauradora el órgano de difusión existente se llamaba, simplemente, Boletín. En el año de 1865 fue el de El Patriota y La Regeneración; y en 1886, El Tiempo, y El Sol, dirigido por Javier Angulo Guridi. (Nota, El Sol, fue el Órgano de la Sociedad El Paraíso.)
En 1867, el poeta Manuel Rodríguez Objío publico en Santiago de los Caballeros el periódico La Voz del Cibao y en 1870, El Laborante, el cual duró dos años
En 1872 tiene Puerto Plata su primer periódico, El Porvenir, de larga y fecunda vida. También en ese año se publico El Dominicano, dirigido en Santiago de los Caballeros por Manuel de Jesús Peña y Reynoso, poeta y maestro. El hizo activa vida cultural desde la sociedad "Amante de la Luz", para la que publicó en 1874, el periódico Eco del Yaqué. Peña y Reynoso era un polemista agresivo y a su iniciativa audaz se debió la formación de La Liga de La Paz, como reacción contra las turbulencias políticas, y luego presentó ante el Congreso Nacional una serie de acusaciones al Presidente Ignacio María González, quien renunció, no obstante haberlo liberado el Congreso de culpabilidad. Lo indujo a la renuncia un grupo de ciudadanos ilustres, entre ellos: José Joaquín Pérez, Emiliano Tejera, Francisco Xavier Amiana, Mariano Antonio Cestero otros. Fue cuando Peña y Reynoso lanzó aquella frese, que emulaba a la de Montalvo: "YO ES DERRIBADO UN GOBIERNO CON MI PLUMA".
También del 1874 son los periódicos El Orden (publicado en Santiago) donde aparecieron los artículos políticos y patrióticos del ilustre Ulises Francisco Espaillat, bajo el seudónimo de María; La Opinión, órgano de la sociedad La Juventud, que dirigió el Maestro Federico Henríquez y Carvajal, muy joven en ese entonces. En este periódico inició el Maestro una larga y gloriosa carrera periodística. También del 1874 fueron los periódicos: El Nacional, que duró dos años hasta el1876, El Centinela y La Paz.
En año 1875 en Puerto Plata se inicia campaña activa a favor de la Independencia de Cuba, lo que concitaba airadas e indignadas protestas de la representación diplomática de España en el País. Esta campaña se hacía desde el periódico Las Dos Antillas, fundado por un emigrante cubano de nombre Enrique Coronado, quien extendió su campaña a la idea de la Independencia de la isla de Puerto Rico, para lo cual se encontraba la activa cooperación de un ilustre puertorriqueño, Ramón Emeterio Batances. Con la llegada a aquella ciudad del gran educador americano Eugenio María de Hostos, se acrecentó la campaña. Este, en su calidad de redactor de Las dos Antillas, defendió, sin ambages, la causa cubana, por lo cual el Presidente González cerró el diario,
Entonces Hostos fundó Las Tres Antillas, donde los ataques a España fueron más solapados, y al clausurarlo el Gobierno, fue sustituido por otro periódico que se llamó Los Antillanos, que duró hasta 1876, cuando el eximio educador abandonó el país. Otro periódico de aquel año fue La Ideas, dirigido por César Nicolás Penson, el cual tuvo una mantenida actividad cultural, como órgano de la Sociedad Amigos del Adelanto. Del mismo año son; El Correo del Ozama y El Orden, (Santiago). Por aquellos años se publicaron EL Observador (1877), El País y La Patria (1877), de vida efímera, así como El Pueblo y El Sufragio.(1878)
En 1879 el ilustre ciudadano Francisco Gregorio Billini fundó el periódico El Eco de la Opinión, que representó. Según el Lic. Manuel A. Amiama, "el más notable avance del periodismo". Este periódico que tuvo una vida activa por más de 10 años, se convirtió en diario en 1895, ´pero las penurias económicas lo redujeron de nueva a semanario, bajo la eficaz inspiración de su fundador, quien murió en 1899,. Para que no sucumbiera el periódico, empuño su dirección Juan Elías Mocosco, hijo, quien apenas lo pudo sostener, nombre que tuvo su periódico fue el más acertado.
En el 1883 este paladín del civismo fundó La Primera Sociedad de Prensa, y un año después escaló el Solio Presidencial de la República. Pero Billini era un lirico flore4cido en el pentano de un malezal. Entre las muchas medidas que tomó, la de otorgar la total libertad de prensa y amnistiar a todos los exiliados, lo enfrentó con el desborde de las pasiones. Los hombres que lo llevaron al poder le exigían el frenar la prensa, que lanzaba dardos envenenados contra el propio Presidente," Que puedo hacer-decía Billini con gesto desolado-si la prensa es el cuarto poder.......
Ya sabemos cómo este hombre puro, escritor y periodista por vocación, tuvo que renunciar la Presidencia, acosado por las interrogas y al retirarse a la santidad de su hogar, tuvo que hacer un préstamo para allegar fondos con qué atender la diaria pitanza de su casa.
Los otros periódicos fundados en 1879 fueron: El Estudio 1879-1881) y La Actualidad. En 1881 apareció El Mensajero, que desapareció en 1890, pero tuvo fugaz reaparición de un año en 1899 y Auras del Ozama. Fue en el año de 1882 cuando apreció el primer diario del País, El Telégrafo, se llevaba este nombre porque publicaba las noticias en forma condensada. Siendo Presidente de la República el Arzobispo Meriño, su fundador fue César Nicolás Pensón. Este periódico, que salía también los días feriados, alcanzo gran prestigio, gracias a la colaboración de los intelectuales, compañeros de Pensón, de la Sociedad Amigos del País, entre otros; Pablo Pumarol, y Francisco Henríquez y Carvajal, y alguna vez de Eugenio María de Hostos. Pero desgraciadamente, fue breve la vida de este periódico, y ya a los cinco meses había desaparecido
Ese mismo año se publicaron El Maestro y El Volteriano. Este último era, en realidad una hoja suelta de un grupo de Jóvenes de la Escuela Normal, y trataba de asuntos culturales. Como su nombre lo indica, el ídolo de sus dirigentes era Voltaire, en carnación para ellos del pensamiento audaz y el alba combativa
El año 1883 fue el de la Asociación de Presa y se publicaron La Alborada y El Repúblico en Santiago, La Revista Científica, Literaria y de Conocimientos Útiles; El Teléfono, El Diario del Ozama, El Quisqueyano y La República..
Al desaparecer el Telegrama, que apenas duró cinco meses, César Nicolás Pensón, publico el Diario del Ozama, otro cotidiano que solamente dejaba de publicarse los lunes y los subsiguientes a un día de fiesta. Pensón, era un gran periodista; para él, un periódico, más que una tribuna, era una cátedra. Escribió siempre con altura orientada. Pero a pesar de que sus dos periódicos tuvieron corta vida desilusionante, en 1885 sacó El Eco de la Opinión. Puede decirse que César Nicolás Pensón, es el intelectual que sienta la base del periodismo nacional.
Un gran periodista, José Justino Castillo (1861-1933) colaboró en la mayoría de los periódicos nacionales y se inició m en el periodismo en El Repúblico. Fue maestro normal y abogado. El poeta modernista Fabio Fiallo, se inició en el periodismo en el 1894 en una revista literaria, donde hicieron sus primeras aventuras culturales muchos poetas y escritores dominicanos, y que se llamó El Hogar. Fue un verdadero portavoz del modernismo en Santo Domingo. Ayudó Fiallo Fiallo, en estas labores, el escritor y novelista Tulio Manuel Cestero, quien luego fue director de la revista. Fiallo Fiallo era un periodista combativo y un político de agresiva oposición.
El periodismo religioso hace su aparición en ese mismo año con el Boletín Eclesiástico, que duró veinticinco años, en su primera época. Era un órgano de la Arquidiócesis de Santo Domingo y se público bajo la iniciativa del Arz. Metropolitano, Mons. Fernando Arturo de Meriño, hombre ecuménico de recio perfil patriótico. A la muerte de Meriño, El Boletín dejó de salir hasta su reaparición, esta vez por iniciativa de Mons. Nouel.
En años sucesivos del siglo XIX siguieron saliendo periódicos de vida efímera, pero fuertemente vinculados al movimiento cultural del país. En 1888 salió EL Santiagués, revista de un año, que como su nombre lo indica vio la luz en Santiago. Fue dirigido por el eminente ciudadano Ulises Franco Bidó, ayudando por sus hermanos, todos buenos periodistas: y al siguiente año, 1889, se publicó el más importante de los periódicos dominicanos, El Listín Diario. Fue fundado por Arturo J. Pellerano Alfau y Julián Artiles. Al principio el periódico no era tal sino una simple hoja informativa del movimiento del puerto, donde se enumeraban en una pequeña lista (o Listín) los buques que entraban y salían. Después se fueron publicando noticias de otras índoles, se le incorporaron artículos y el periódico se hizo diario. Cambio luego su formato y se convirtió en un periódico moderno tan vinculado a la vida del país, que por mucho tiempo Listín pasó a ser sinónimo del periódico entre nosotros.
Fue un periódico combativo, pero también hizo labor cultural a través de lo que llamó "Los Lunes del Listín". Esta era una página hebdomadaria que dirigía Enrique Deschamps (1872-1935) y donde colaboraban las principales personalidades del mundo cultural dominicano. Colaboraba asiduamente en los Lunes del Listín, el poeta José Joaquín Pérez y más tarde por Luís Emilio Garrido. La Página sufrió una interrupción hasta agosto en que 1905 volvió orientada por José María Bernard.
El Listín Diario fue cantera formadora d buenos periodistas, que todavía están en plena labor fecunda; son innumerables los periodistas que formaron parte de este importante medio de comunicación, considerado como el decano de la prensa escrito dominicana, seria injusto obviar nombre pero entre estos ilustre hombre de la pluma puede hacerse mención a unos de sus grandes directores Don Rafael Herrera Cabral, y hombre de juicios nobles y ponderado.
Contingencias políticas de insólitas intolerancias ahogaron económicamente al Listín Diario, que tuvo cerrar sus puertas en 1942. Después de la muerte de Trujillo volvió a salir, y llena un gran contenido social y cultural en nuestros días. Las primeras noticias que se publicaron en el país cuando el Listín se convirtió en diario, provenían del Cable Francés, este permitió al periodismo vernáculo un alto grado de progreso.
Fue el Boletín Comercial el primer periódico que ofreció las noticias de los sucesos que ocurrían en el extranjero. La fuente del Cable Francés fue la única hasta 1911, los adelantos de los diversos tipo de prensa, desde Marconi y los linotipos, las rotativas hasta nuestros días son pasos de avance en el periodismo nacional. Hoy las noticias extranjeras son servidas por agencias
En el 1891 tiene lugar la célebre controversia histórica entre Manuel de Jesús Galván, desde El Eco de la Opinión, y José Gabriel García, desde EL Teléfono. Galván era un escritor de claro estilo, casi un purista, pero con ideas muy especiales. Su hispanofilia lo llevó a apoyar la anexión y combatir tenazmente a los restauradores. García era todo lo contrario y aquella polémica tornase ácida en extremo
En ese año vio la luz pública El Día (1891-1902) en Santiago y El Lápiz (1891-1902) en Santo Domingo. El Día fue dirigido por Ulises Francisco Bidó; por su parte El Lápiz fue fundado por uno de los connotados intelectuales de la época, el fogoso orador Manuel Arturo Machado. Esta fue una revista demasiado atrevida en medio de una tiranía como la de Ulises Heraaux y en ella colaboraron José Otero Nolasco y Andrés Julio Montolio.
Otro que combatió a Lilís fue el ilustre ciudadano Federido Henríquez y Carvajal, a quien se identifica tan solo como el maestro. Y que fundó en 1892 la revista quincenal Letras y Ciencias, junto con su hermano, el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, padre de los hermanos Pedro y Max Henríquez Ureña. Esta revista estuvo saliendo hasta la muerte del tirano cuando Don Federico volvió a publicar El Mensajero, que había sido clausurado por el gobierno tras apresar a su director, a causa de un comentario acerbo que no fue del agrado del déspota
Otros periódicos de ese año fueron: La ´Prensa (1892-1897) de Santiago y El Cable, de San Pedro de Macorís. La Prensa fue dirigida por el historiador Pedro María Archambault. Durante cinco años (1892-1897) y el Cable, uno de los periódicos mejor redactados, aunque sólo subsistió hasta 1898, fue fundado y dirigido por Luis Arturo Bermúdez. En 1894, la juventud maniatada por el régimen férreo de Ulises Heraaux, buscaba ventanales por donde desfogar su odio y su impotencia. Las revistas literarias servían muy bien para este fin. Luis Aristides Fiallo Cabral y Eduardo Matos Franco sacaron un periódico al que llamaron EL Volteriano, nombre que le dieron recordando una hoja que años antes se publicaba en la Escuela Normal Superior. Con el mismo fin y con el mismo formato se publicó en Puerto Plata la revista El Estudio, que dirigían los jóvenes profesores Ramón Álvarez Blanco y José María Rodríguez Arrezón, y que fue órgano de difusión donde la intelectualidad puertoplateña desfogó sus vehemencias inquietudes.
En esta publicación un intelectual de la generación anterior, Fidelito Despradel (1865-1925), escribió un ensayo sobre Rubén Darío, con ocasión de publicarse la falsa noticia de su muerte. Hay que hacer notar que el ensayo de Despradel tiene la importancia de que cuando se publicó, el modernismo no había penetrado en Santo Domingo." El poema Mi Vaso Verde", de Altagracia Saviñón, se publicó en 1900 y la Virgínea, de Valentín Giró, en 1902
También en San Pedro de Macorís, Luis Arturo Bermúdez, contando con la colaboración de Rafael Deligne, dio a la luz la "revista literaria Prosas y Versos "(1894-1896). En 1896 salió otra revista, "Ciencias, Artes y Letras" (1896-1897) dirigida por Rafael Justino Castillo, que pretendió ser enciclopedia y donde escribieron asiduamente Luis A, Weber y Andrés Julio Montolio.
Nuevas publicaciones aparecen en 1898, esta vez la Revista Ilustrada (1898-1900) dirigida por Miguel Angol Garrido, quien, perseguido por Hereaux, por su fogosa oposición al régimen, y obligado a forzoso silencio, buscó refugio en la literatura. Esta fue una magnifica publicación de alta categoría, solamente comparable a las grades revistas literarias, de que ya hemos hablado, publicadas a partir de la década del 40. Garrido es uno de los grades escritores dominicanos, combativo y de estilo florido y luminoso
También en ese año se publicó en La Vega, El Ideal 1898-1906). El periodismo dominicano se había agazapado ante las trabas puestas a la libre expresión.
En el año 1899, en que se funda La Bandera Libre,(1899-1915,1915-1916),Lilís, votó, sin ningún empacho, una Ley de mano dura en contra de la expresión del pensamiento, según la cual para fundar un periódico se necesitaban tales requisitos, que solamente las personas de muy adictas al régimen podían hacerlo. Gajes de la Dictadura.
Como puede verse más arriba, la variedad de circulaciones realizadas entre la primera y tercera república, no fueron pocas, tampoco tuvo las mejores condiciones para desarrollarse, sin embargo, si poseyó la fuerza necesaria para persistir de un modo u otro.
Lo que podemos observar en el modo de presentarse los acontecimientos vajo los cuales surgieron o se desenvolvieron los primeros periodistas de oficio en el país, muestra una actitud de franco desafío a las irregularidades sociales, a las conductas de opresión. Permite constatar que ante todo las motivaciones de la prensa de entonces, tenía su base en las ideas que por lo general traían algunos intelectuales de otros países en los que habían cursado estudios avanzados, en otros casos también procedía de apasionados de las letras, con un criterio creado y acrecentado en las distintas tésis que ofrecía la literatura de entonces, como es el caso de los “volterianos”, o el caso de otros que más que una conciencia periodística lo que poseían era una vocación poética que les impelía a poner de manifiesto sus pasiones a través de las distintas publicaciones.
El siglo XX.
La entradda del siglo XX trajo a la república Dominicana nuevos aires, en lo político, en lo social y claro en la actividad periodística. El país permanecía en un estado de endeudamiento con los Estados Unidos, el caudillismo continuaba siendo el pan nuestro de cada día y claro con una prensa que había sido amordazada por Ulises Heureaux (Lilís), no era mucho lo que esta podía hacer, salvo las publicaciones clandestinas que fueron cotidianas durante la época y durante etapas posteriores.
El amordazamiento impuesto por Lilís, fue levantado en 1905 por el entonces presidente, Carlos Morales Langüasco, a partir de aquí el periodismo dominicano disfruto de unos beneficios y privilegios con los que no había contado hasta el momento. Para 1908, pasó a la constitución un artículo en el que fue declarado sin reparos el derecho a la libertad de prensa.
Con estos nuevos beneficios los periodistas sintieron una mayor seguridad en su forma de conducirse en los medios, llegando en ocasiones a ornarse imprudentes, e incluso a ofender descaradamente a ciertos sectores de poder.
Para esta época los periódicos y revistas que surgieron entre santiago y santo Domingo, tomaron rumbos variados, en general se trataba de publicaciones literarias y de opinión, aunque, habían otros tópicos abordados.
Algunas de las publicaciones del primer lustro del siglo XX fueron:
1900- Periódico Nuevas páginas.
1901- periódico Páginas y la revista älbun, dirijida esta por armando Franco Bidó en Santiago de los Caballeros.
también se publicaron en ese año, El Normalismo (1901-02), y La Época, de Santiago, tuvo formato moderno, aunque de escasas páginas, lo mismo que El Iris, de la misma ciudad (1902-03)
En 1903 salieron La Época (1903-05) y la Revista Cuna de América, dirigida por Miguel Ángel Garrido, en plena revolución contra el gobierno de Horacio Vásquez, circunstancia por la cual había serias censuras para la prensa, las cuales fueron violadas por Garrido cuando,. Aplastaba la revolución, murió su jefe, Sebastián Emilio Valverde, y uno de sus partidarios Manuel Omendi, fue ejecutado sumariamente.
Los periódicos que continuaron en la primera década del siglo giraron entorno a las tensiones políticas sociales. Surgieron nuevos diarios que también desaparecieron.
Cabe destacar que en esta etapa, ya el listín Diario era un periódico de mucha aceptación en el país, con un cierto márgen de poder y con una actitud de desafío a los continuos abusos del poder. Razón por la cual su director, el señor Pellerano, callera preso en varias ocasiones y en un momento de la historia se vio en la obligación de cerrar el mismo, aunque lo abriera nuevamente, pero, este fue otro momento histórico.
y
los periodistas de la época mostraron franco desacuerdo a la intervención norteamericana (1916), entre ellos Garrido cuello, quien en febrero de 1921 fundara el periódico El cable, en el que conbatía abiertamente los abusos de los “Yankees”. Fue además, garrido Cuello un periodista de visión modernista, con cierta tendencia a abarcar distintos espacios, de unas luces que le permitían observar los acontecimientos desde distintos ángulos.
En 1929, mientras el general Horacio Bázquez dirigía la nación, fue llevado al congreso un proyecto de ley con el cual se pretendía coartar la libertad de prensa, sin embargo los periodistas liberales levantaron la voz e impidieron que el proyecto tenga mayor vida. A pesar de esta victoria, el periodismo dominicano sufrió un fuerte embate durante las tres décadas que duró el gobierno de Rafael L Trujillo, quien sensuró la prensa a límites inimaginables, haciendo que los diarios de entonces fueran serviles y de intereses unicamente al servicio del “trujillato”.
La historia del periodismo dominicano, posee otras etapas, distintas situaciones enmarcadas en el contexto histórico del país, asesinatos, denuncias y por que no, sacrificio de mártires. Pero a pesar de todo lo que signifiquen estos antecedentes, el periodismo actual, posee la breve posibilidad de dar un giro que le devuelva a sus inicios en cuanto a criterio social se refiere.
Bibliografía.
Mariano lebrón saviñón- Historia de la cultura dominicana, quinto volumen, edición de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1982.
Filiberto cruz Sánchez- Historia de la República Dominicana.
Alberto Rodríguez- Historia del Periodismo Dominicano, edición del Listín Diario.
Roberto cazá- Historia Social y Econnómica de la república Dominicana.
Historia del periodismo dominicano desde el siglo XIX hasta el siglo XX.
D
esde sus inicios, el periodismo ha sido la respuesta a la necesidad de denuncias de las irregularidades sociales, culturales y políticas de las distintas sociedades del mundo. Con orígenes más o menos similares, en escenccia el resultado resulta lo mismo casi en su totalidad. Contiendas bélicas, intervenciones extranjeras, mala administración del estado, entre otras anormalidades son las que dan inicio a la actividad periodística del mundo.
A dicha forma de nacimiento de la prensa escrita, no escapa el periodismo dominicano. De hecho es en una de las situaciones más difíciles de la historia dominicana cuando surge la actividad periodística en el siglo XIX, durante el período histórico conocido como “La España Boba”.
Por esta época la antigua colonia española llamada Santo domingo, había sido abandonada por la corona de España. en La parte oeste de la isla la actividad económica poseía mayor fortaleza debido a la colonización de los franceses en lo que hoy se conoce como Haití. Fue en este período cuando para evitar que los colonizadores de Francias penetraran a la isla por la parte de santo Domingo, cuando los haitianos tomaron la iniciativa de venir a este lado en acuerdo con un grupo de criollos, en una estrategia militar que buscaba impedir la invasión por todos los frentes.
A raíz de los insidentes citados, los haitianos permanecieron en Santo domingo ahora con una actitud muy semejante a la invasión o de represión.
Luego de haber estado en una situación en la que las mujeres criollas de cierta posición económica visitaban la iglesia al amanecer para que no se notara las condiciones de desamparo en la que permanecían a raíz del abandono por parte de la corona española (historia de la republica dominicana- Filiberto Cruz Sánchez), ahora eran invadidos por el lado francés.
Puede que hallan sido estos los detonantes de la primera actividad periodística por parte de los criollos, en manos del criollo José núñez de Cáceres, intelectual que para entonces mostraba interés por las tensiones sociales del momento y que en busca de una respuesta al estancamiento intelectual de entonces, además de la falta de denuncia de las irregularidades de brazo de los haitianos, funda el suplemento periodístico, “El telégrafo constitucional de santo domingo” para 1821. Además de las denuncias vía el suplemento, también denunciaba las anomalías mediante el uso de recursos literarios, llegando a ser considerado como uno de los primeros dominicanos en utilizar la literatura como forma de protesta. Según algunos autores como es el caso de don Mariano Lebrón saviñón en su libro Historia de la cultura dominicana, el primer periódico dominicano fue el “telégrafo continental”, nacido este el 5 de abril de 1821, dirigido por Antonio María Pineda, un natural de las islas canarias, con la colaboración de José nüñez de Cáceres. Esta última versión negaría entonces la tésis que presenta a núñez de Cáceres como el padre del periodismo dominicano, o por lo menos lo pondría en una posición compartida con Pineda.
Tras haber colaborado con pineda en el telégrafo, ya con sus ideas independentistas posicionadas, José Núñez de Cáceres funda el periódico “El Duende”. Era un suplemento dominical de opinión y adoctrinamiento en el que una vez más el soporte principal lo marcaban las ideas de protesta.
Cabe decir que estos dos periódicos nacieron casi al mismo tiempo, que fueron editados en la misma imprenta y que poseían un tamaño muy similar en cuanto al número de folios de cada uno.
A partir de esta época la actividad periodística giró en estos sentidos, su ploriferación fue creciendo de forma continua tanto en los ejemplares con cierto carácter formal, como los de línea clandestina como era el caso de los boletines o pasquines. En el caso de las publicaciones clandestinas uno de los que mayor importancia poseyó para la época fue el conocido como Santo domingo Español, dirigido por José María serrá.
Santo domingo Español fue una publicación periódica que denunciaba y repudiaba la dominación haitiana, nació en 1835 y tras haber sido descubierto serrá como el autor del suplemento por el patricio Juan Pablo Duarte, este último desidió unírsele en la elaboración editorial.
José maría serrá continuaría participando de las denuncias y protestas durante todo este tiempo, incluso fue parte activa del movimiento independentista conocido como La trinitaria en donde durante una presentación de teatro pronunciara las famosas palabras: “¡Me quiere llevar el diablo, cuando me piden pan y me lo piden en francés!”.
A todo esto jugó un papel preponderante en el proceso de independencia junto a duarte y en 1845, un año después de la declaración de la parte española de la isla como república Dominicana, junto a Pedro antonio Bobea, Manuel María Valencia y félix del Monte, funda “El dominicano”, dedicado este a la actividad literaria, pero que fue de corta duración.
A partir del surgimiento de la prensa como ente social de cierto poder de influencia colectiva, los políticos de la época desidieron tomar en cuenta este hecho en su forma de actuar, y en la constitución del 6 de noviembre de 1844, en su artículo 23, declaró el derecho a la libertad de expresión, a pesar de que no se cumplió a cavalidad por algunas estratagemas utilizadas por el general Pedro Santana. En este sentido también fue incluida la actividad periodística en la constitución del 6 de mayo de 1846, cuando fue escrito el artículo que otorgaba el derecho de la libertad de prensa, aunque en esta ocasión poseía también subterfugios que permitían al gobierno coartar las opiniones o denuncias que pudieran realizar los periodistas de entonces.
A todo esto, el número de periódicos que surgían y desaparecían, presentaba una gran variedad de criterios y Concepts. En ocasiones, no eran más que pequeños boletines o folios, pero también los hubo de gran poder por lo menos en el tiempo que pudieron permanecer circulando.
Acontinuación, un extracto en el que se muestran una breve reseña de los diarios, semanarios y otros periódicos de la época, publicada en el libro de don Mariano Lebrón saviñón, Historia de la Cultura dominicana, en el quinto volumen de la edición publicada por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña:
Llegaron los años de feroz tiranía. El árbitro de los destinos del país era el protervo y feroz Ulises Hereaux, quien como todo tirano, se dispuso a amordazar la prensa. Para el efecto en 1899 propicio una Ley que puso fuerte trabas a la fundación de nuevos periódicos. De esta manera sólo los apegados al régimen podían gozar del privilegio de ejercer el periodismo. La prensa, como sucedió en la era de Trujillo, estaba silenciada y de rodilla.
En 1851 se fundó la Gaceta del Gobierno, La Española Libre y el Correo del Cibao, este último vio la luz en Santiago de los Caballeros. La Española Libre fue dirigida por Manuel María Gautier (1827-1897), José María González y Nicolás Ureña. Gautier fue un periodista de combate, y rudo en el ataque y de una frialdad absoluta en el análisis político (Nota. Fue un político activísimo que en 1887 llegó a ser Vicepresidente de la República)
En 1853, Nicolás Ureña, separado de La Española Libre, fundó El Progreso, y al año siguiente (1854) El Porvenir, con la colaboración de Alejandro Angulo Guridi, en calidad de redactor y encargado de las cosas políticas, en tanto que Ureña se ocupaba de las cosas literarias. Ambos trabajaban unidos por amor a una amistad que nació de una violenta polémica, en el periódico colaboraron, además José María González, Manuel María Gautier, Félix María del Monte y Antonio Delfín Madrigal
Nicolás Ureña, aunque no era escritor polémico, sino tan sólo un poeta un tanto bucólico, y como periodista, conciliador, aunque de temperamento firme, aun así. Combatió a Santana, que ya mostraba la garra de su intención anexionista. Y en 1855, éste, que había escalo el poder una vez más, lo expulsó del país. Con su ausencia y la muerte de las libertades desapareció El Porvenir.
En el mismo año en que naciera este periódico aparecieron otros dos; El Oasis y El Orden. Fueron también periódico de vida efímera. El Oasis desapareció dos años después
También en ese año El Dominicano tuvo su segunda época pero ya al año siguiente había desaparecido de nuevo. En el 1856 dos nuevos periódicos ven la luz pública; El Eco del Pueblo y La República. Este último fue fundado por Angulo Guridi, quien poco tiempo después tuvo que abandonarlo, porque fijó su residencia en Santiago de los Caballeros, donde José Desiderio Valverde, líder de una revolución en contra de Buenaventura Báez, había instalado un gobierno provisional opuesto al de Santo Domingo.
El país vióse en la insólita situación de tener dos presidentes; uno en Santiago y otro en Santo Domingo. El gobierno del Cibao confió a Angulo Guridi la redacción de la Gaceta Oficial, en tanto que él fundaba el periódico La Reforma donde defendió a Buenaventura Báez, que era la negación de las cosas que aquel creía. También en ese año fundóse en Santiago de los Caballeros, el periódico El Cibaeño, que dirigió Manuel de Jesús Peña y Reynoso
Los trabajos de Angulo Guridi en La Razón traían siempre el sello de una fogosa personalidad y propugnaban una reorganización política que permitiera al país desencallar el barco de su destino. Dolorosamente atapado en la roca de las pasiones desbordas. De modo que cuando en 1858, el Congreso Constituyente, reunido en Moca, votó la nueva Constitución, Él la combatió, y luego, motu propio, redactó un proyecto de Constitución que publicó en la Gaceta Oficial
Pero los días venían negros para él. Tras Buenaventura Báez vino Pedro Santana. Y al realizar éste la Anexión a España, Angulo Guridi tuvo que abandonar su patria, a la que no regresó hasta 1875. En cuanto al Eco del Pueblo, apenas duró un año (1856-57). En 1857 también se fundó en Santiago El Cibaeño, y en 1859, en la capital, Flores del Ozama.
El otro Angulo Guridi, Javier ardiente patriota que alcanzó el grado de general en la guerra Restauradora, fundó El Progreso, en 1861, en Santiago de los Caballeros; El Tiempo, en 1866, y el Sol, en 1868.
En 1862 vio la luz pública La Razón, cuyo director fue el notable escritor Manuel de Jesús Galván, quien ejerció el periodismo desde su temprana juventud (Nota: había fundado en 1850 el periódico Oasis, órgano del la Sociedad Santiaguense Amantes de la Luz.). Durante la guerra restauradora el órgano de difusión existente se llamaba, simplemente, Boletín. En el año de 1865 fue el de El Patriota y La Regeneración; y en 1886, El Tiempo, y El Sol, dirigido por Javier Angulo Guridi. (Nota, El Sol, fue el Órgano de la Sociedad El Paraíso.)
En 1867, el poeta Manuel Rodríguez Objío publico en Santiago de los Caballeros el periódico La Voz del Cibao y en 1870, El Laborante, el cual duró dos años
En 1872 tiene Puerto Plata su primer periódico, El Porvenir, de larga y fecunda vida. También en ese año se publico El Dominicano, dirigido en Santiago de los Caballeros por Manuel de Jesús Peña y Reynoso, poeta y maestro. El hizo activa vida cultural desde la sociedad "Amante de la Luz", para la que publicó en 1874, el periódico Eco del Yaqué. Peña y Reynoso era un polemista agresivo y a su iniciativa audaz se debió la formación de La Liga de La Paz, como reacción contra las turbulencias políticas, y luego presentó ante el Congreso Nacional una serie de acusaciones al Presidente Ignacio María González, quien renunció, no obstante haberlo liberado el Congreso de culpabilidad. Lo indujo a la renuncia un grupo de ciudadanos ilustres, entre ellos: José Joaquín Pérez, Emiliano Tejera, Francisco Xavier Amiana, Mariano Antonio Cestero otros. Fue cuando Peña y Reynoso lanzó aquella frese, que emulaba a la de Montalvo: "YO ES DERRIBADO UN GOBIERNO CON MI PLUMA".
También del 1874 son los periódicos El Orden (publicado en Santiago) donde aparecieron los artículos políticos y patrióticos del ilustre Ulises Francisco Espaillat, bajo el seudónimo de María; La Opinión, órgano de la sociedad La Juventud, que dirigió el Maestro Federico Henríquez y Carvajal, muy joven en ese entonces. En este periódico inició el Maestro una larga y gloriosa carrera periodística. También del 1874 fueron los periódicos: El Nacional, que duró dos años hasta el1876, El Centinela y La Paz.
En año 1875 en Puerto Plata se inicia campaña activa a favor de la Independencia de Cuba, lo que concitaba airadas e indignadas protestas de la representación diplomática de España en el País. Esta campaña se hacía desde el periódico Las Dos Antillas, fundado por un emigrante cubano de nombre Enrique Coronado, quien extendió su campaña a la idea de la Independencia de la isla de Puerto Rico, para lo cual se encontraba la activa cooperación de un ilustre puertorriqueño, Ramón Emeterio Batances. Con la llegada a aquella ciudad del gran educador americano Eugenio María de Hostos, se acrecentó la campaña. Este, en su calidad de redactor de Las dos Antillas, defendió, sin ambages, la causa cubana, por lo cual el Presidente González cerró el diario,
Entonces Hostos fundó Las Tres Antillas, donde los ataques a España fueron más solapados, y al clausurarlo el Gobierno, fue sustituido por otro periódico que se llamó Los Antillanos, que duró hasta 1876, cuando el eximio educador abandonó el país. Otro periódico de aquel año fue La Ideas, dirigido por César Nicolás Penson, el cual tuvo una mantenida actividad cultural, como órgano de la Sociedad Amigos del Adelanto. Del mismo año son; El Correo del Ozama y El Orden, (Santiago). Por aquellos años se publicaron EL Observador (1877), El País y La Patria (1877), de vida efímera, así como El Pueblo y El Sufragio.(1878)
En 1879 el ilustre ciudadano Francisco Gregorio Billini fundó el periódico El Eco de la Opinión, que representó. Según el Lic. Manuel A. Amiama, "el más notable avance del periodismo". Este periódico que tuvo una vida activa por más de 10 años, se convirtió en diario en 1895, ´pero las penurias económicas lo redujeron de nueva a semanario, bajo la eficaz inspiración de su fundador, quien murió en 1899,. Para que no sucumbiera el periódico, empuño su dirección Juan Elías Mocosco, hijo, quien apenas lo pudo sostener, nombre que tuvo su periódico fue el más acertado.
En el 1883 este paladín del civismo fundó La Primera Sociedad de Prensa, y un año después escaló el Solio Presidencial de la República. Pero Billini era un lirico flore4cido en el pentano de un malezal. Entre las muchas medidas que tomó, la de otorgar la total libertad de prensa y amnistiar a todos los exiliados, lo enfrentó con el desborde de las pasiones. Los hombres que lo llevaron al poder le exigían el frenar la prensa, que lanzaba dardos envenenados contra el propio Presidente," Que puedo hacer-decía Billini con gesto desolado-si la prensa es el cuarto poder.......
Ya sabemos cómo este hombre puro, escritor y periodista por vocación, tuvo que renunciar la Presidencia, acosado por las interrogas y al retirarse a la santidad de su hogar, tuvo que hacer un préstamo para allegar fondos con qué atender la diaria pitanza de su casa.
Los otros periódicos fundados en 1879 fueron: El Estudio 1879-1881) y La Actualidad. En 1881 apareció El Mensajero, que desapareció en 1890, pero tuvo fugaz reaparición de un año en 1899 y Auras del Ozama. Fue en el año de 1882 cuando apreció el primer diario del País, El Telégrafo, se llevaba este nombre porque publicaba las noticias en forma condensada. Siendo Presidente de la República el Arzobispo Meriño, su fundador fue César Nicolás Pensón. Este periódico, que salía también los días feriados, alcanzo gran prestigio, gracias a la colaboración de los intelectuales, compañeros de Pensón, de la Sociedad Amigos del País, entre otros; Pablo Pumarol, y Francisco Henríquez y Carvajal, y alguna vez de Eugenio María de Hostos. Pero desgraciadamente, fue breve la vida de este periódico, y ya a los cinco meses había desaparecido
Ese mismo año se publicaron El Maestro y El Volteriano. Este último era, en realidad una hoja suelta de un grupo de Jóvenes de la Escuela Normal, y trataba de asuntos culturales. Como su nombre lo indica, el ídolo de sus dirigentes era Voltaire, en carnación para ellos del pensamiento audaz y el alba combativa
El año 1883 fue el de la Asociación de Presa y se publicaron La Alborada y El Repúblico en Santiago, La Revista Científica, Literaria y de Conocimientos Útiles; El Teléfono, El Diario del Ozama, El Quisqueyano y La República..
Al desaparecer el Telegrama, que apenas duró cinco meses, César Nicolás Pensón, publico el Diario del Ozama, otro cotidiano que solamente dejaba de publicarse los lunes y los subsiguientes a un día de fiesta. Pensón, era un gran periodista; para él, un periódico, más que una tribuna, era una cátedra. Escribió siempre con altura orientada. Pero a pesar de que sus dos periódicos tuvieron corta vida desilusionante, en 1885 sacó El Eco de la Opinión. Puede decirse que César Nicolás Pensón, es el intelectual que sienta la base del periodismo nacional.
Un gran periodista, José Justino Castillo (1861-1933) colaboró en la mayoría de los periódicos nacionales y se inició m en el periodismo en El Repúblico. Fue maestro normal y abogado. El poeta modernista Fabio Fiallo, se inició en el periodismo en el 1894 en una revista literaria, donde hicieron sus primeras aventuras culturales muchos poetas y escritores dominicanos, y que se llamó El Hogar. Fue un verdadero portavoz del modernismo en Santo Domingo. Ayudó Fiallo Fiallo, en estas labores, el escritor y novelista Tulio Manuel Cestero, quien luego fue director de la revista. Fiallo Fiallo era un periodista combativo y un político de agresiva oposición.
El periodismo religioso hace su aparición en ese mismo año con el Boletín Eclesiástico, que duró veinticinco años, en su primera época. Era un órgano de la Arquidiócesis de Santo Domingo y se público bajo la iniciativa del Arz. Metropolitano, Mons. Fernando Arturo de Meriño, hombre ecuménico de recio perfil patriótico. A la muerte de Meriño, El Boletín dejó de salir hasta su reaparición, esta vez por iniciativa de Mons. Nouel.
En años sucesivos del siglo XIX siguieron saliendo periódicos de vida efímera, pero fuertemente vinculados al movimiento cultural del país. En 1888 salió EL Santiagués, revista de un año, que como su nombre lo indica vio la luz en Santiago. Fue dirigido por el eminente ciudadano Ulises Franco Bidó, ayudando por sus hermanos, todos buenos periodistas: y al siguiente año, 1889, se publicó el más importante de los periódicos dominicanos, El Listín Diario. Fue fundado por Arturo J. Pellerano Alfau y Julián Artiles. Al principio el periódico no era tal sino una simple hoja informativa del movimiento del puerto, donde se enumeraban en una pequeña lista (o Listín) los buques que entraban y salían. Después se fueron publicando noticias de otras índoles, se le incorporaron artículos y el periódico se hizo diario. Cambio luego su formato y se convirtió en un periódico moderno tan vinculado a la vida del país, que por mucho tiempo Listín pasó a ser sinónimo del periódico entre nosotros.
Fue un periódico combativo, pero también hizo labor cultural a través de lo que llamó "Los Lunes del Listín". Esta era una página hebdomadaria que dirigía Enrique Deschamps (1872-1935) y donde colaboraban las principales personalidades del mundo cultural dominicano. Colaboraba asiduamente en los Lunes del Listín, el poeta José Joaquín Pérez y más tarde por Luís Emilio Garrido. La Página sufrió una interrupción hasta agosto en que 1905 volvió orientada por José María Bernard.
El Listín Diario fue cantera formadora d buenos periodistas, que todavía están en plena labor fecunda; son innumerables los periodistas que formaron parte de este importante medio de comunicación, considerado como el decano de la prensa escrito dominicana, seria injusto obviar nombre pero entre estos ilustre hombre de la pluma puede hacerse mención a unos de sus grandes directores Don Rafael Herrera Cabral, y hombre de juicios nobles y ponderado.
Contingencias políticas de insólitas intolerancias ahogaron económicamente al Listín Diario, que tuvo cerrar sus puertas en 1942. Después de la muerte de Trujillo volvió a salir, y llena un gran contenido social y cultural en nuestros días. Las primeras noticias que se publicaron en el país cuando el Listín se convirtió en diario, provenían del Cable Francés, este permitió al periodismo vernáculo un alto grado de progreso.
Fue el Boletín Comercial el primer periódico que ofreció las noticias de los sucesos que ocurrían en el extranjero. La fuente del Cable Francés fue la única hasta 1911, los adelantos de los diversos tipo de prensa, desde Marconi y los linotipos, las rotativas hasta nuestros días son pasos de avance en el periodismo nacional. Hoy las noticias extranjeras son servidas por agencias
En el 1891 tiene lugar la célebre controversia histórica entre Manuel de Jesús Galván, desde El Eco de la Opinión, y José Gabriel García, desde EL Teléfono. Galván era un escritor de claro estilo, casi un purista, pero con ideas muy especiales. Su hispanofilia lo llevó a apoyar la anexión y combatir tenazmente a los restauradores. García era todo lo contrario y aquella polémica tornase ácida en extremo
En ese año vio la luz pública El Día (1891-1902) en Santiago y El Lápiz (1891-1902) en Santo Domingo. El Día fue dirigido por Ulises Francisco Bidó; por su parte El Lápiz fue fundado por uno de los connotados intelectuales de la época, el fogoso orador Manuel Arturo Machado. Esta fue una revista demasiado atrevida en medio de una tiranía como la de Ulises Heraaux y en ella colaboraron José Otero Nolasco y Andrés Julio Montolio.
Otro que combatió a Lilís fue el ilustre ciudadano Federido Henríquez y Carvajal, a quien se identifica tan solo como el maestro. Y que fundó en 1892 la revista quincenal Letras y Ciencias, junto con su hermano, el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, padre de los hermanos Pedro y Max Henríquez Ureña. Esta revista estuvo saliendo hasta la muerte del tirano cuando Don Federico volvió a publicar El Mensajero, que había sido clausurado por el gobierno tras apresar a su director, a causa de un comentario acerbo que no fue del agrado del déspota
Otros periódicos de ese año fueron: La ´Prensa (1892-1897) de Santiago y El Cable, de San Pedro de Macorís. La Prensa fue dirigida por el historiador Pedro María Archambault. Durante cinco años (1892-1897) y el Cable, uno de los periódicos mejor redactados, aunque sólo subsistió hasta 1898, fue fundado y dirigido por Luis Arturo Bermúdez. En 1894, la juventud maniatada por el régimen férreo de Ulises Heraaux, buscaba ventanales por donde desfogar su odio y su impotencia. Las revistas literarias servían muy bien para este fin. Luis Aristides Fiallo Cabral y Eduardo Matos Franco sacaron un periódico al que llamaron EL Volteriano, nombre que le dieron recordando una hoja que años antes se publicaba en la Escuela Normal Superior. Con el mismo fin y con el mismo formato se publicó en Puerto Plata la revista El Estudio, que dirigían los jóvenes profesores Ramón Álvarez Blanco y José María Rodríguez Arrezón, y que fue órgano de difusión donde la intelectualidad puertoplateña desfogó sus vehemencias inquietudes.
En esta publicación un intelectual de la generación anterior, Fidelito Despradel (1865-1925), escribió un ensayo sobre Rubén Darío, con ocasión de publicarse la falsa noticia de su muerte. Hay que hacer notar que el ensayo de Despradel tiene la importancia de que cuando se publicó, el modernismo no había penetrado en Santo Domingo." El poema Mi Vaso Verde", de Altagracia Saviñón, se publicó en 1900 y la Virgínea, de Valentín Giró, en 1902
También en San Pedro de Macorís, Luis Arturo Bermúdez, contando con la colaboración de Rafael Deligne, dio a la luz la "revista literaria Prosas y Versos "(1894-1896). En 1896 salió otra revista, "Ciencias, Artes y Letras" (1896-1897) dirigida por Rafael Justino Castillo, que pretendió ser enciclopedia y donde escribieron asiduamente Luis A, Weber y Andrés Julio Montolio.
Nuevas publicaciones aparecen en 1898, esta vez la Revista Ilustrada (1898-1900) dirigida por Miguel Angol Garrido, quien, perseguido por Hereaux, por su fogosa oposición al régimen, y obligado a forzoso silencio, buscó refugio en la literatura. Esta fue una magnifica publicación de alta categoría, solamente comparable a las grades revistas literarias, de que ya hemos hablado, publicadas a partir de la década del 40. Garrido es uno de los grades escritores dominicanos, combativo y de estilo florido y luminoso
También en ese año se publicó en La Vega, El Ideal 1898-1906). El periodismo dominicano se había agazapado ante las trabas puestas a la libre expresión.
En el año 1899, en que se funda La Bandera Libre,(1899-1915,1915-1916),Lilís, votó, sin ningún empacho, una Ley de mano dura en contra de la expresión del pensamiento, según la cual para fundar un periódico se necesitaban tales requisitos, que solamente las personas de muy adictas al régimen podían hacerlo. Gajes de la Dictadura.
Como puede verse más arriba, la variedad de circulaciones realizadas entre la primera y tercera república, no fueron pocas, tampoco tuvo las mejores condiciones para desarrollarse, sin embargo, si poseyó la fuerza necesaria para persistir de un modo u otro.
Lo que podemos observar en el modo de presentarse los acontecimientos vajo los cuales surgieron o se desenvolvieron los primeros periodistas de oficio en el país, muestra una actitud de franco desafío a las irregularidades sociales, a las conductas de opresión. Permite constatar que ante todo las motivaciones de la prensa de entonces, tenía su base en las ideas que por lo general traían algunos intelectuales de otros países en los que habían cursado estudios avanzados, en otros casos también procedía de apasionados de las letras, con un criterio creado y acrecentado en las distintas tésis que ofrecía la literatura de entonces, como es el caso de los “volterianos”, o el caso de otros que más que una conciencia periodística lo que poseían era una vocación poética que les impelía a poner de manifiesto sus pasiones a través de las distintas publicaciones.
El siglo XX.
La entradda del siglo XX trajo a la república Dominicana nuevos aires, en lo político, en lo social y claro en la actividad periodística. El país permanecía en un estado de endeudamiento con los Estados Unidos, el caudillismo continuaba siendo el pan nuestro de cada día y claro con una prensa que había sido amordazada por Ulises Heureaux (Lilís), no era mucho lo que esta podía hacer, salvo las publicaciones clandestinas que fueron cotidianas durante la época y durante etapas posteriores.
El amordazamiento impuesto por Lilís, fue levantado en 1905 por el entonces presidente, Carlos Morales Langüasco, a partir de aquí el periodismo dominicano disfruto de unos beneficios y privilegios con los que no había contado hasta el momento. Para 1908, pasó a la constitución un artículo en el que fue declarado sin reparos el derecho a la libertad de prensa.
Con estos nuevos beneficios los periodistas sintieron una mayor seguridad en su forma de conducirse en los medios, llegando en ocasiones a ornarse imprudentes, e incluso a ofender descaradamente a ciertos sectores de poder.
Para esta época los periódicos y revistas que surgieron entre santiago y santo Domingo, tomaron rumbos variados, en general se trataba de publicaciones literarias y de opinión, aunque, habían otros tópicos abordados.
Algunas de las publicaciones del primer lustro del siglo XX fueron:
1900- Periódico Nuevas páginas.
1901- periódico Páginas y la revista älbun, dirijida esta por armando Franco Bidó en Santiago de los Caballeros.
también se publicaron en ese año, El Normalismo (1901-02), y La Época, de Santiago, tuvo formato moderno, aunque de escasas páginas, lo mismo que El Iris, de la misma ciudad (1902-03)
En 1903 salieron La Época (1903-05) y la Revista Cuna de América, dirigida por Miguel Ángel Garrido, en plena revolución contra el gobierno de Horacio Vásquez, circunstancia por la cual había serias censuras para la prensa, las cuales fueron violadas por Garrido cuando,. Aplastaba la revolución, murió su jefe, Sebastián Emilio Valverde, y uno de sus partidarios Manuel Omendi, fue ejecutado sumariamente.
Los periódicos que continuaron en la primera década del siglo giraron entorno a las tensiones políticas sociales. Surgieron nuevos diarios que también desaparecieron.
Cabe destacar que en esta etapa, ya el listín Diario era un periódico de mucha aceptación en el país, con un cierto márgen de poder y con una actitud de desafío a los continuos abusos del poder. Razón por la cual su director, el señor Pellerano, callera preso en varias ocasiones y en un momento de la historia se vio en la obligación de cerrar el mismo, aunque lo abriera nuevamente, pero, este fue otro momento histórico.
y
los periodistas de la época mostraron franco desacuerdo a la intervención norteamericana (1916), entre ellos Garrido cuello, quien en febrero de 1921 fundara el periódico El cable, en el que conbatía abiertamente los abusos de los “Yankees”. Fue además, garrido Cuello un periodista de visión modernista, con cierta tendencia a abarcar distintos espacios, de unas luces que le permitían observar los acontecimientos desde distintos ángulos.
En 1929, mientras el general Horacio Bázquez dirigía la nación, fue llevado al congreso un proyecto de ley con el cual se pretendía coartar la libertad de prensa, sin embargo los periodistas liberales levantaron la voz e impidieron que el proyecto tenga mayor vida. A pesar de esta victoria, el periodismo dominicano sufrió un fuerte embate durante las tres décadas que duró el gobierno de Rafael L Trujillo, quien sensuró la prensa a límites inimaginables, haciendo que los diarios de entonces fueran serviles y de intereses unicamente al servicio del “trujillato”.
La historia del periodismo dominicano, posee otras etapas, distintas situaciones enmarcadas en el contexto histórico del país, asesinatos, denuncias y por que no, sacrificio de mártires. Pero a pesar de todo lo que signifiquen estos antecedentes, el periodismo actual, posee la breve posibilidad de dar un giro que le devuelva a sus inicios en cuanto a criterio social se refiere.
Bibliografía.
Mariano lebrón saviñón- Historia de la cultura dominicana, quinto volumen, edición de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1982.
Filiberto cruz Sánchez- Historia de la República Dominicana.
Alberto Rodríguez- Historia del Periodismo Dominicano, edición del Listín Diario.
Roberto cazá- Historia Social y Econnómica de la república Dominicana.
J.B
D
esde sus inicios, el periodismo ha sido la respuesta a la necesidad de denuncias de las irregularidades sociales, culturales y políticas de las distintas sociedades del mundo. Con orígenes más o menos similares, en escenccia el resultado resulta lo mismo casi en su totalidad. Contiendas bélicas, intervenciones extranjeras, mala administración del estado, entre otras anormalidades son las que dan inicio a la actividad periodística del mundo.
A dicha forma de nacimiento de la prensa escrita, no escapa el periodismo dominicano. De hecho es en una de las situaciones más difíciles de la historia dominicana cuando surge la actividad periodística en el siglo XIX, durante el período histórico conocido como “La España Boba”.
Por esta época la antigua colonia española llamada Santo domingo, había sido abandonada por la corona de España. en La parte oeste de la isla la actividad económica poseía mayor fortaleza debido a la colonización de los franceses en lo que hoy se conoce como Haití. Fue en este período cuando para evitar que los colonizadores de Francias penetraran a la isla por la parte de santo Domingo, cuando los haitianos tomaron la iniciativa de venir a este lado en acuerdo con un grupo de criollos, en una estrategia militar que buscaba impedir la invasión por todos los frentes.
A raíz de los insidentes citados, los haitianos permanecieron en Santo domingo ahora con una actitud muy semejante a la invasión o de represión.
Luego de haber estado en una situación en la que las mujeres criollas de cierta posición económica visitaban la iglesia al amanecer para que no se notara las condiciones de desamparo en la que permanecían a raíz del abandono por parte de la corona española (historia de la republica dominicana- Filiberto Cruz Sánchez), ahora eran invadidos por el lado francés.
Puede que hallan sido estos los detonantes de la primera actividad periodística por parte de los criollos, en manos del criollo José núñez de Cáceres, intelectual que para entonces mostraba interés por las tensiones sociales del momento y que en busca de una respuesta al estancamiento intelectual de entonces, además de la falta de denuncia de las irregularidades de brazo de los haitianos, funda el suplemento periodístico, “El telégrafo constitucional de santo domingo” para 1821. Además de las denuncias vía el suplemento, también denunciaba las anomalías mediante el uso de recursos literarios, llegando a ser considerado como uno de los primeros dominicanos en utilizar la literatura como forma de protesta. Según algunos autores como es el caso de don Mariano Lebrón saviñón en su libro Historia de la cultura dominicana, el primer periódico dominicano fue el “telégrafo continental”, nacido este el 5 de abril de 1821, dirigido por Antonio María Pineda, un natural de las islas canarias, con la colaboración de José nüñez de Cáceres. Esta última versión negaría entonces la tésis que presenta a núñez de Cáceres como el padre del periodismo dominicano, o por lo menos lo pondría en una posición compartida con Pineda.
Tras haber colaborado con pineda en el telégrafo, ya con sus ideas independentistas posicionadas, José Núñez de Cáceres funda el periódico “El Duende”. Era un suplemento dominical de opinión y adoctrinamiento en el que una vez más el soporte principal lo marcaban las ideas de protesta.
Cabe decir que estos dos periódicos nacieron casi al mismo tiempo, que fueron editados en la misma imprenta y que poseían un tamaño muy similar en cuanto al número de folios de cada uno.
A partir de esta época la actividad periodística giró en estos sentidos, su ploriferación fue creciendo de forma continua tanto en los ejemplares con cierto carácter formal, como los de línea clandestina como era el caso de los boletines o pasquines. En el caso de las publicaciones clandestinas uno de los que mayor importancia poseyó para la época fue el conocido como Santo domingo Español, dirigido por José María serrá.
Santo domingo Español fue una publicación periódica que denunciaba y repudiaba la dominación haitiana, nació en 1835 y tras haber sido descubierto serrá como el autor del suplemento por el patricio Juan Pablo Duarte, este último desidió unírsele en la elaboración editorial.
José maría serrá continuaría participando de las denuncias y protestas durante todo este tiempo, incluso fue parte activa del movimiento independentista conocido como La trinitaria en donde durante una presentación de teatro pronunciara las famosas palabras: “¡Me quiere llevar el diablo, cuando me piden pan y me lo piden en francés!”.
A todo esto jugó un papel preponderante en el proceso de independencia junto a duarte y en 1845, un año después de la declaración de la parte española de la isla como república Dominicana, junto a Pedro antonio Bobea, Manuel María Valencia y félix del Monte, funda “El dominicano”, dedicado este a la actividad literaria, pero que fue de corta duración.
A partir del surgimiento de la prensa como ente social de cierto poder de influencia colectiva, los políticos de la época desidieron tomar en cuenta este hecho en su forma de actuar, y en la constitución del 6 de noviembre de 1844, en su artículo 23, declaró el derecho a la libertad de expresión, a pesar de que no se cumplió a cavalidad por algunas estratagemas utilizadas por el general Pedro Santana. En este sentido también fue incluida la actividad periodística en la constitución del 6 de mayo de 1846, cuando fue escrito el artículo que otorgaba el derecho de la libertad de prensa, aunque en esta ocasión poseía también subterfugios que permitían al gobierno coartar las opiniones o denuncias que pudieran realizar los periodistas de entonces.
A todo esto, el número de periódicos que surgían y desaparecían, presentaba una gran variedad de criterios y Concepts. En ocasiones, no eran más que pequeños boletines o folios, pero también los hubo de gran poder por lo menos en el tiempo que pudieron permanecer circulando.
Acontinuación, un extracto en el que se muestran una breve reseña de los diarios, semanarios y otros periódicos de la época, publicada en el libro de don Mariano Lebrón saviñón, Historia de la Cultura dominicana, en el quinto volumen de la edición publicada por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña:
Llegaron los años de feroz tiranía. El árbitro de los destinos del país era el protervo y feroz Ulises Hereaux, quien como todo tirano, se dispuso a amordazar la prensa. Para el efecto en 1899 propicio una Ley que puso fuerte trabas a la fundación de nuevos periódicos. De esta manera sólo los apegados al régimen podían gozar del privilegio de ejercer el periodismo. La prensa, como sucedió en la era de Trujillo, estaba silenciada y de rodilla.
En 1851 se fundó la Gaceta del Gobierno, La Española Libre y el Correo del Cibao, este último vio la luz en Santiago de los Caballeros. La Española Libre fue dirigida por Manuel María Gautier (1827-1897), José María González y Nicolás Ureña. Gautier fue un periodista de combate, y rudo en el ataque y de una frialdad absoluta en el análisis político (Nota. Fue un político activísimo que en 1887 llegó a ser Vicepresidente de la República)
En 1853, Nicolás Ureña, separado de La Española Libre, fundó El Progreso, y al año siguiente (1854) El Porvenir, con la colaboración de Alejandro Angulo Guridi, en calidad de redactor y encargado de las cosas políticas, en tanto que Ureña se ocupaba de las cosas literarias. Ambos trabajaban unidos por amor a una amistad que nació de una violenta polémica, en el periódico colaboraron, además José María González, Manuel María Gautier, Félix María del Monte y Antonio Delfín Madrigal
Nicolás Ureña, aunque no era escritor polémico, sino tan sólo un poeta un tanto bucólico, y como periodista, conciliador, aunque de temperamento firme, aun así. Combatió a Santana, que ya mostraba la garra de su intención anexionista. Y en 1855, éste, que había escalo el poder una vez más, lo expulsó del país. Con su ausencia y la muerte de las libertades desapareció El Porvenir.
En el mismo año en que naciera este periódico aparecieron otros dos; El Oasis y El Orden. Fueron también periódico de vida efímera. El Oasis desapareció dos años después
También en ese año El Dominicano tuvo su segunda época pero ya al año siguiente había desaparecido de nuevo. En el 1856 dos nuevos periódicos ven la luz pública; El Eco del Pueblo y La República. Este último fue fundado por Angulo Guridi, quien poco tiempo después tuvo que abandonarlo, porque fijó su residencia en Santiago de los Caballeros, donde José Desiderio Valverde, líder de una revolución en contra de Buenaventura Báez, había instalado un gobierno provisional opuesto al de Santo Domingo.
El país vióse en la insólita situación de tener dos presidentes; uno en Santiago y otro en Santo Domingo. El gobierno del Cibao confió a Angulo Guridi la redacción de la Gaceta Oficial, en tanto que él fundaba el periódico La Reforma donde defendió a Buenaventura Báez, que era la negación de las cosas que aquel creía. También en ese año fundóse en Santiago de los Caballeros, el periódico El Cibaeño, que dirigió Manuel de Jesús Peña y Reynoso
Los trabajos de Angulo Guridi en La Razón traían siempre el sello de una fogosa personalidad y propugnaban una reorganización política que permitiera al país desencallar el barco de su destino. Dolorosamente atapado en la roca de las pasiones desbordas. De modo que cuando en 1858, el Congreso Constituyente, reunido en Moca, votó la nueva Constitución, Él la combatió, y luego, motu propio, redactó un proyecto de Constitución que publicó en la Gaceta Oficial
Pero los días venían negros para él. Tras Buenaventura Báez vino Pedro Santana. Y al realizar éste la Anexión a España, Angulo Guridi tuvo que abandonar su patria, a la que no regresó hasta 1875. En cuanto al Eco del Pueblo, apenas duró un año (1856-57). En 1857 también se fundó en Santiago El Cibaeño, y en 1859, en la capital, Flores del Ozama.
El otro Angulo Guridi, Javier ardiente patriota que alcanzó el grado de general en la guerra Restauradora, fundó El Progreso, en 1861, en Santiago de los Caballeros; El Tiempo, en 1866, y el Sol, en 1868.
En 1862 vio la luz pública La Razón, cuyo director fue el notable escritor Manuel de Jesús Galván, quien ejerció el periodismo desde su temprana juventud (Nota: había fundado en 1850 el periódico Oasis, órgano del la Sociedad Santiaguense Amantes de la Luz.). Durante la guerra restauradora el órgano de difusión existente se llamaba, simplemente, Boletín. En el año de 1865 fue el de El Patriota y La Regeneración; y en 1886, El Tiempo, y El Sol, dirigido por Javier Angulo Guridi. (Nota, El Sol, fue el Órgano de la Sociedad El Paraíso.)
En 1867, el poeta Manuel Rodríguez Objío publico en Santiago de los Caballeros el periódico La Voz del Cibao y en 1870, El Laborante, el cual duró dos años
En 1872 tiene Puerto Plata su primer periódico, El Porvenir, de larga y fecunda vida. También en ese año se publico El Dominicano, dirigido en Santiago de los Caballeros por Manuel de Jesús Peña y Reynoso, poeta y maestro. El hizo activa vida cultural desde la sociedad "Amante de la Luz", para la que publicó en 1874, el periódico Eco del Yaqué. Peña y Reynoso era un polemista agresivo y a su iniciativa audaz se debió la formación de La Liga de La Paz, como reacción contra las turbulencias políticas, y luego presentó ante el Congreso Nacional una serie de acusaciones al Presidente Ignacio María González, quien renunció, no obstante haberlo liberado el Congreso de culpabilidad. Lo indujo a la renuncia un grupo de ciudadanos ilustres, entre ellos: José Joaquín Pérez, Emiliano Tejera, Francisco Xavier Amiana, Mariano Antonio Cestero otros. Fue cuando Peña y Reynoso lanzó aquella frese, que emulaba a la de Montalvo: "YO ES DERRIBADO UN GOBIERNO CON MI PLUMA".
También del 1874 son los periódicos El Orden (publicado en Santiago) donde aparecieron los artículos políticos y patrióticos del ilustre Ulises Francisco Espaillat, bajo el seudónimo de María; La Opinión, órgano de la sociedad La Juventud, que dirigió el Maestro Federico Henríquez y Carvajal, muy joven en ese entonces. En este periódico inició el Maestro una larga y gloriosa carrera periodística. También del 1874 fueron los periódicos: El Nacional, que duró dos años hasta el1876, El Centinela y La Paz.
En año 1875 en Puerto Plata se inicia campaña activa a favor de la Independencia de Cuba, lo que concitaba airadas e indignadas protestas de la representación diplomática de España en el País. Esta campaña se hacía desde el periódico Las Dos Antillas, fundado por un emigrante cubano de nombre Enrique Coronado, quien extendió su campaña a la idea de la Independencia de la isla de Puerto Rico, para lo cual se encontraba la activa cooperación de un ilustre puertorriqueño, Ramón Emeterio Batances. Con la llegada a aquella ciudad del gran educador americano Eugenio María de Hostos, se acrecentó la campaña. Este, en su calidad de redactor de Las dos Antillas, defendió, sin ambages, la causa cubana, por lo cual el Presidente González cerró el diario,
Entonces Hostos fundó Las Tres Antillas, donde los ataques a España fueron más solapados, y al clausurarlo el Gobierno, fue sustituido por otro periódico que se llamó Los Antillanos, que duró hasta 1876, cuando el eximio educador abandonó el país. Otro periódico de aquel año fue La Ideas, dirigido por César Nicolás Penson, el cual tuvo una mantenida actividad cultural, como órgano de la Sociedad Amigos del Adelanto. Del mismo año son; El Correo del Ozama y El Orden, (Santiago). Por aquellos años se publicaron EL Observador (1877), El País y La Patria (1877), de vida efímera, así como El Pueblo y El Sufragio.(1878)
En 1879 el ilustre ciudadano Francisco Gregorio Billini fundó el periódico El Eco de la Opinión, que representó. Según el Lic. Manuel A. Amiama, "el más notable avance del periodismo". Este periódico que tuvo una vida activa por más de 10 años, se convirtió en diario en 1895, ´pero las penurias económicas lo redujeron de nueva a semanario, bajo la eficaz inspiración de su fundador, quien murió en 1899,. Para que no sucumbiera el periódico, empuño su dirección Juan Elías Mocosco, hijo, quien apenas lo pudo sostener, nombre que tuvo su periódico fue el más acertado.
En el 1883 este paladín del civismo fundó La Primera Sociedad de Prensa, y un año después escaló el Solio Presidencial de la República. Pero Billini era un lirico flore4cido en el pentano de un malezal. Entre las muchas medidas que tomó, la de otorgar la total libertad de prensa y amnistiar a todos los exiliados, lo enfrentó con el desborde de las pasiones. Los hombres que lo llevaron al poder le exigían el frenar la prensa, que lanzaba dardos envenenados contra el propio Presidente," Que puedo hacer-decía Billini con gesto desolado-si la prensa es el cuarto poder.......
Ya sabemos cómo este hombre puro, escritor y periodista por vocación, tuvo que renunciar la Presidencia, acosado por las interrogas y al retirarse a la santidad de su hogar, tuvo que hacer un préstamo para allegar fondos con qué atender la diaria pitanza de su casa.
Los otros periódicos fundados en 1879 fueron: El Estudio 1879-1881) y La Actualidad. En 1881 apareció El Mensajero, que desapareció en 1890, pero tuvo fugaz reaparición de un año en 1899 y Auras del Ozama. Fue en el año de 1882 cuando apreció el primer diario del País, El Telégrafo, se llevaba este nombre porque publicaba las noticias en forma condensada. Siendo Presidente de la República el Arzobispo Meriño, su fundador fue César Nicolás Pensón. Este periódico, que salía también los días feriados, alcanzo gran prestigio, gracias a la colaboración de los intelectuales, compañeros de Pensón, de la Sociedad Amigos del País, entre otros; Pablo Pumarol, y Francisco Henríquez y Carvajal, y alguna vez de Eugenio María de Hostos. Pero desgraciadamente, fue breve la vida de este periódico, y ya a los cinco meses había desaparecido
Ese mismo año se publicaron El Maestro y El Volteriano. Este último era, en realidad una hoja suelta de un grupo de Jóvenes de la Escuela Normal, y trataba de asuntos culturales. Como su nombre lo indica, el ídolo de sus dirigentes era Voltaire, en carnación para ellos del pensamiento audaz y el alba combativa
El año 1883 fue el de la Asociación de Presa y se publicaron La Alborada y El Repúblico en Santiago, La Revista Científica, Literaria y de Conocimientos Útiles; El Teléfono, El Diario del Ozama, El Quisqueyano y La República..
Al desaparecer el Telegrama, que apenas duró cinco meses, César Nicolás Pensón, publico el Diario del Ozama, otro cotidiano que solamente dejaba de publicarse los lunes y los subsiguientes a un día de fiesta. Pensón, era un gran periodista; para él, un periódico, más que una tribuna, era una cátedra. Escribió siempre con altura orientada. Pero a pesar de que sus dos periódicos tuvieron corta vida desilusionante, en 1885 sacó El Eco de la Opinión. Puede decirse que César Nicolás Pensón, es el intelectual que sienta la base del periodismo nacional.
Un gran periodista, José Justino Castillo (1861-1933) colaboró en la mayoría de los periódicos nacionales y se inició m en el periodismo en El Repúblico. Fue maestro normal y abogado. El poeta modernista Fabio Fiallo, se inició en el periodismo en el 1894 en una revista literaria, donde hicieron sus primeras aventuras culturales muchos poetas y escritores dominicanos, y que se llamó El Hogar. Fue un verdadero portavoz del modernismo en Santo Domingo. Ayudó Fiallo Fiallo, en estas labores, el escritor y novelista Tulio Manuel Cestero, quien luego fue director de la revista. Fiallo Fiallo era un periodista combativo y un político de agresiva oposición.
El periodismo religioso hace su aparición en ese mismo año con el Boletín Eclesiástico, que duró veinticinco años, en su primera época. Era un órgano de la Arquidiócesis de Santo Domingo y se público bajo la iniciativa del Arz. Metropolitano, Mons. Fernando Arturo de Meriño, hombre ecuménico de recio perfil patriótico. A la muerte de Meriño, El Boletín dejó de salir hasta su reaparición, esta vez por iniciativa de Mons. Nouel.
En años sucesivos del siglo XIX siguieron saliendo periódicos de vida efímera, pero fuertemente vinculados al movimiento cultural del país. En 1888 salió EL Santiagués, revista de un año, que como su nombre lo indica vio la luz en Santiago. Fue dirigido por el eminente ciudadano Ulises Franco Bidó, ayudando por sus hermanos, todos buenos periodistas: y al siguiente año, 1889, se publicó el más importante de los periódicos dominicanos, El Listín Diario. Fue fundado por Arturo J. Pellerano Alfau y Julián Artiles. Al principio el periódico no era tal sino una simple hoja informativa del movimiento del puerto, donde se enumeraban en una pequeña lista (o Listín) los buques que entraban y salían. Después se fueron publicando noticias de otras índoles, se le incorporaron artículos y el periódico se hizo diario. Cambio luego su formato y se convirtió en un periódico moderno tan vinculado a la vida del país, que por mucho tiempo Listín pasó a ser sinónimo del periódico entre nosotros.
Fue un periódico combativo, pero también hizo labor cultural a través de lo que llamó "Los Lunes del Listín". Esta era una página hebdomadaria que dirigía Enrique Deschamps (1872-1935) y donde colaboraban las principales personalidades del mundo cultural dominicano. Colaboraba asiduamente en los Lunes del Listín, el poeta José Joaquín Pérez y más tarde por Luís Emilio Garrido. La Página sufrió una interrupción hasta agosto en que 1905 volvió orientada por José María Bernard.
El Listín Diario fue cantera formadora d buenos periodistas, que todavía están en plena labor fecunda; son innumerables los periodistas que formaron parte de este importante medio de comunicación, considerado como el decano de la prensa escrito dominicana, seria injusto obviar nombre pero entre estos ilustre hombre de la pluma puede hacerse mención a unos de sus grandes directores Don Rafael Herrera Cabral, y hombre de juicios nobles y ponderado.
Contingencias políticas de insólitas intolerancias ahogaron económicamente al Listín Diario, que tuvo cerrar sus puertas en 1942. Después de la muerte de Trujillo volvió a salir, y llena un gran contenido social y cultural en nuestros días. Las primeras noticias que se publicaron en el país cuando el Listín se convirtió en diario, provenían del Cable Francés, este permitió al periodismo vernáculo un alto grado de progreso.
Fue el Boletín Comercial el primer periódico que ofreció las noticias de los sucesos que ocurrían en el extranjero. La fuente del Cable Francés fue la única hasta 1911, los adelantos de los diversos tipo de prensa, desde Marconi y los linotipos, las rotativas hasta nuestros días son pasos de avance en el periodismo nacional. Hoy las noticias extranjeras son servidas por agencias
En el 1891 tiene lugar la célebre controversia histórica entre Manuel de Jesús Galván, desde El Eco de la Opinión, y José Gabriel García, desde EL Teléfono. Galván era un escritor de claro estilo, casi un purista, pero con ideas muy especiales. Su hispanofilia lo llevó a apoyar la anexión y combatir tenazmente a los restauradores. García era todo lo contrario y aquella polémica tornase ácida en extremo
En ese año vio la luz pública El Día (1891-1902) en Santiago y El Lápiz (1891-1902) en Santo Domingo. El Día fue dirigido por Ulises Francisco Bidó; por su parte El Lápiz fue fundado por uno de los connotados intelectuales de la época, el fogoso orador Manuel Arturo Machado. Esta fue una revista demasiado atrevida en medio de una tiranía como la de Ulises Heraaux y en ella colaboraron José Otero Nolasco y Andrés Julio Montolio.
Otro que combatió a Lilís fue el ilustre ciudadano Federido Henríquez y Carvajal, a quien se identifica tan solo como el maestro. Y que fundó en 1892 la revista quincenal Letras y Ciencias, junto con su hermano, el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, padre de los hermanos Pedro y Max Henríquez Ureña. Esta revista estuvo saliendo hasta la muerte del tirano cuando Don Federico volvió a publicar El Mensajero, que había sido clausurado por el gobierno tras apresar a su director, a causa de un comentario acerbo que no fue del agrado del déspota
Otros periódicos de ese año fueron: La ´Prensa (1892-1897) de Santiago y El Cable, de San Pedro de Macorís. La Prensa fue dirigida por el historiador Pedro María Archambault. Durante cinco años (1892-1897) y el Cable, uno de los periódicos mejor redactados, aunque sólo subsistió hasta 1898, fue fundado y dirigido por Luis Arturo Bermúdez. En 1894, la juventud maniatada por el régimen férreo de Ulises Heraaux, buscaba ventanales por donde desfogar su odio y su impotencia. Las revistas literarias servían muy bien para este fin. Luis Aristides Fiallo Cabral y Eduardo Matos Franco sacaron un periódico al que llamaron EL Volteriano, nombre que le dieron recordando una hoja que años antes se publicaba en la Escuela Normal Superior. Con el mismo fin y con el mismo formato se publicó en Puerto Plata la revista El Estudio, que dirigían los jóvenes profesores Ramón Álvarez Blanco y José María Rodríguez Arrezón, y que fue órgano de difusión donde la intelectualidad puertoplateña desfogó sus vehemencias inquietudes.
En esta publicación un intelectual de la generación anterior, Fidelito Despradel (1865-1925), escribió un ensayo sobre Rubén Darío, con ocasión de publicarse la falsa noticia de su muerte. Hay que hacer notar que el ensayo de Despradel tiene la importancia de que cuando se publicó, el modernismo no había penetrado en Santo Domingo." El poema Mi Vaso Verde", de Altagracia Saviñón, se publicó en 1900 y la Virgínea, de Valentín Giró, en 1902
También en San Pedro de Macorís, Luis Arturo Bermúdez, contando con la colaboración de Rafael Deligne, dio a la luz la "revista literaria Prosas y Versos "(1894-1896). En 1896 salió otra revista, "Ciencias, Artes y Letras" (1896-1897) dirigida por Rafael Justino Castillo, que pretendió ser enciclopedia y donde escribieron asiduamente Luis A, Weber y Andrés Julio Montolio.
Nuevas publicaciones aparecen en 1898, esta vez la Revista Ilustrada (1898-1900) dirigida por Miguel Angol Garrido, quien, perseguido por Hereaux, por su fogosa oposición al régimen, y obligado a forzoso silencio, buscó refugio en la literatura. Esta fue una magnifica publicación de alta categoría, solamente comparable a las grades revistas literarias, de que ya hemos hablado, publicadas a partir de la década del 40. Garrido es uno de los grades escritores dominicanos, combativo y de estilo florido y luminoso
También en ese año se publicó en La Vega, El Ideal 1898-1906). El periodismo dominicano se había agazapado ante las trabas puestas a la libre expresión.
En el año 1899, en que se funda La Bandera Libre,(1899-1915,1915-1916),Lilís, votó, sin ningún empacho, una Ley de mano dura en contra de la expresión del pensamiento, según la cual para fundar un periódico se necesitaban tales requisitos, que solamente las personas de muy adictas al régimen podían hacerlo. Gajes de la Dictadura.
Como puede verse más arriba, la variedad de circulaciones realizadas entre la primera y tercera república, no fueron pocas, tampoco tuvo las mejores condiciones para desarrollarse, sin embargo, si poseyó la fuerza necesaria para persistir de un modo u otro.
Lo que podemos observar en el modo de presentarse los acontecimientos vajo los cuales surgieron o se desenvolvieron los primeros periodistas de oficio en el país, muestra una actitud de franco desafío a las irregularidades sociales, a las conductas de opresión. Permite constatar que ante todo las motivaciones de la prensa de entonces, tenía su base en las ideas que por lo general traían algunos intelectuales de otros países en los que habían cursado estudios avanzados, en otros casos también procedía de apasionados de las letras, con un criterio creado y acrecentado en las distintas tésis que ofrecía la literatura de entonces, como es el caso de los “volterianos”, o el caso de otros que más que una conciencia periodística lo que poseían era una vocación poética que les impelía a poner de manifiesto sus pasiones a través de las distintas publicaciones.
El siglo XX.
La entradda del siglo XX trajo a la república Dominicana nuevos aires, en lo político, en lo social y claro en la actividad periodística. El país permanecía en un estado de endeudamiento con los Estados Unidos, el caudillismo continuaba siendo el pan nuestro de cada día y claro con una prensa que había sido amordazada por Ulises Heureaux (Lilís), no era mucho lo que esta podía hacer, salvo las publicaciones clandestinas que fueron cotidianas durante la época y durante etapas posteriores.
El amordazamiento impuesto por Lilís, fue levantado en 1905 por el entonces presidente, Carlos Morales Langüasco, a partir de aquí el periodismo dominicano disfruto de unos beneficios y privilegios con los que no había contado hasta el momento. Para 1908, pasó a la constitución un artículo en el que fue declarado sin reparos el derecho a la libertad de prensa.
Con estos nuevos beneficios los periodistas sintieron una mayor seguridad en su forma de conducirse en los medios, llegando en ocasiones a ornarse imprudentes, e incluso a ofender descaradamente a ciertos sectores de poder.
Para esta época los periódicos y revistas que surgieron entre santiago y santo Domingo, tomaron rumbos variados, en general se trataba de publicaciones literarias y de opinión, aunque, habían otros tópicos abordados.
Algunas de las publicaciones del primer lustro del siglo XX fueron:
1900- Periódico Nuevas páginas.
1901- periódico Páginas y la revista älbun, dirijida esta por armando Franco Bidó en Santiago de los Caballeros.
también se publicaron en ese año, El Normalismo (1901-02), y La Época, de Santiago, tuvo formato moderno, aunque de escasas páginas, lo mismo que El Iris, de la misma ciudad (1902-03)
En 1903 salieron La Época (1903-05) y la Revista Cuna de América, dirigida por Miguel Ángel Garrido, en plena revolución contra el gobierno de Horacio Vásquez, circunstancia por la cual había serias censuras para la prensa, las cuales fueron violadas por Garrido cuando,. Aplastaba la revolución, murió su jefe, Sebastián Emilio Valverde, y uno de sus partidarios Manuel Omendi, fue ejecutado sumariamente.
Los periódicos que continuaron en la primera década del siglo giraron entorno a las tensiones políticas sociales. Surgieron nuevos diarios que también desaparecieron.
Cabe destacar que en esta etapa, ya el listín Diario era un periódico de mucha aceptación en el país, con un cierto márgen de poder y con una actitud de desafío a los continuos abusos del poder. Razón por la cual su director, el señor Pellerano, callera preso en varias ocasiones y en un momento de la historia se vio en la obligación de cerrar el mismo, aunque lo abriera nuevamente, pero, este fue otro momento histórico.
y
los periodistas de la época mostraron franco desacuerdo a la intervención norteamericana (1916), entre ellos Garrido cuello, quien en febrero de 1921 fundara el periódico El cable, en el que conbatía abiertamente los abusos de los “Yankees”. Fue además, garrido Cuello un periodista de visión modernista, con cierta tendencia a abarcar distintos espacios, de unas luces que le permitían observar los acontecimientos desde distintos ángulos.
En 1929, mientras el general Horacio Bázquez dirigía la nación, fue llevado al congreso un proyecto de ley con el cual se pretendía coartar la libertad de prensa, sin embargo los periodistas liberales levantaron la voz e impidieron que el proyecto tenga mayor vida. A pesar de esta victoria, el periodismo dominicano sufrió un fuerte embate durante las tres décadas que duró el gobierno de Rafael L Trujillo, quien sensuró la prensa a límites inimaginables, haciendo que los diarios de entonces fueran serviles y de intereses unicamente al servicio del “trujillato”.
La historia del periodismo dominicano, posee otras etapas, distintas situaciones enmarcadas en el contexto histórico del país, asesinatos, denuncias y por que no, sacrificio de mártires. Pero a pesar de todo lo que signifiquen estos antecedentes, el periodismo actual, posee la breve posibilidad de dar un giro que le devuelva a sus inicios en cuanto a criterio social se refiere.
Bibliografía.
Mariano lebrón saviñón- Historia de la cultura dominicana, quinto volumen, edición de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1982.
Filiberto cruz Sánchez- Historia de la República Dominicana.
Alberto Rodríguez- Historia del Periodismo Dominicano, edición del Listín Diario.
Roberto cazá- Historia Social y Econnómica de la república Dominicana.
Historia del periodismo dominicano desde el siglo XIX hasta el siglo XX.
D
esde sus inicios, el periodismo ha sido la respuesta a la necesidad de denuncias de las irregularidades sociales, culturales y políticas de las distintas sociedades del mundo. Con orígenes más o menos similares, en escenccia el resultado resulta lo mismo casi en su totalidad. Contiendas bélicas, intervenciones extranjeras, mala administración del estado, entre otras anormalidades son las que dan inicio a la actividad periodística del mundo.
A dicha forma de nacimiento de la prensa escrita, no escapa el periodismo dominicano. De hecho es en una de las situaciones más difíciles de la historia dominicana cuando surge la actividad periodística en el siglo XIX, durante el período histórico conocido como “La España Boba”.
Por esta época la antigua colonia española llamada Santo domingo, había sido abandonada por la corona de España. en La parte oeste de la isla la actividad económica poseía mayor fortaleza debido a la colonización de los franceses en lo que hoy se conoce como Haití. Fue en este período cuando para evitar que los colonizadores de Francias penetraran a la isla por la parte de santo Domingo, cuando los haitianos tomaron la iniciativa de venir a este lado en acuerdo con un grupo de criollos, en una estrategia militar que buscaba impedir la invasión por todos los frentes.
A raíz de los insidentes citados, los haitianos permanecieron en Santo domingo ahora con una actitud muy semejante a la invasión o de represión.
Luego de haber estado en una situación en la que las mujeres criollas de cierta posición económica visitaban la iglesia al amanecer para que no se notara las condiciones de desamparo en la que permanecían a raíz del abandono por parte de la corona española (historia de la republica dominicana- Filiberto Cruz Sánchez), ahora eran invadidos por el lado francés.
Puede que hallan sido estos los detonantes de la primera actividad periodística por parte de los criollos, en manos del criollo José núñez de Cáceres, intelectual que para entonces mostraba interés por las tensiones sociales del momento y que en busca de una respuesta al estancamiento intelectual de entonces, además de la falta de denuncia de las irregularidades de brazo de los haitianos, funda el suplemento periodístico, “El telégrafo constitucional de santo domingo” para 1821. Además de las denuncias vía el suplemento, también denunciaba las anomalías mediante el uso de recursos literarios, llegando a ser considerado como uno de los primeros dominicanos en utilizar la literatura como forma de protesta. Según algunos autores como es el caso de don Mariano Lebrón saviñón en su libro Historia de la cultura dominicana, el primer periódico dominicano fue el “telégrafo continental”, nacido este el 5 de abril de 1821, dirigido por Antonio María Pineda, un natural de las islas canarias, con la colaboración de José nüñez de Cáceres. Esta última versión negaría entonces la tésis que presenta a núñez de Cáceres como el padre del periodismo dominicano, o por lo menos lo pondría en una posición compartida con Pineda.
Tras haber colaborado con pineda en el telégrafo, ya con sus ideas independentistas posicionadas, José Núñez de Cáceres funda el periódico “El Duende”. Era un suplemento dominical de opinión y adoctrinamiento en el que una vez más el soporte principal lo marcaban las ideas de protesta.
Cabe decir que estos dos periódicos nacieron casi al mismo tiempo, que fueron editados en la misma imprenta y que poseían un tamaño muy similar en cuanto al número de folios de cada uno.
A partir de esta época la actividad periodística giró en estos sentidos, su ploriferación fue creciendo de forma continua tanto en los ejemplares con cierto carácter formal, como los de línea clandestina como era el caso de los boletines o pasquines. En el caso de las publicaciones clandestinas uno de los que mayor importancia poseyó para la época fue el conocido como Santo domingo Español, dirigido por José María serrá.
Santo domingo Español fue una publicación periódica que denunciaba y repudiaba la dominación haitiana, nació en 1835 y tras haber sido descubierto serrá como el autor del suplemento por el patricio Juan Pablo Duarte, este último desidió unírsele en la elaboración editorial.
José maría serrá continuaría participando de las denuncias y protestas durante todo este tiempo, incluso fue parte activa del movimiento independentista conocido como La trinitaria en donde durante una presentación de teatro pronunciara las famosas palabras: “¡Me quiere llevar el diablo, cuando me piden pan y me lo piden en francés!”.
A todo esto jugó un papel preponderante en el proceso de independencia junto a duarte y en 1845, un año después de la declaración de la parte española de la isla como república Dominicana, junto a Pedro antonio Bobea, Manuel María Valencia y félix del Monte, funda “El dominicano”, dedicado este a la actividad literaria, pero que fue de corta duración.
A partir del surgimiento de la prensa como ente social de cierto poder de influencia colectiva, los políticos de la época desidieron tomar en cuenta este hecho en su forma de actuar, y en la constitución del 6 de noviembre de 1844, en su artículo 23, declaró el derecho a la libertad de expresión, a pesar de que no se cumplió a cavalidad por algunas estratagemas utilizadas por el general Pedro Santana. En este sentido también fue incluida la actividad periodística en la constitución del 6 de mayo de 1846, cuando fue escrito el artículo que otorgaba el derecho de la libertad de prensa, aunque en esta ocasión poseía también subterfugios que permitían al gobierno coartar las opiniones o denuncias que pudieran realizar los periodistas de entonces.
A todo esto, el número de periódicos que surgían y desaparecían, presentaba una gran variedad de criterios y Concepts. En ocasiones, no eran más que pequeños boletines o folios, pero también los hubo de gran poder por lo menos en el tiempo que pudieron permanecer circulando.
Acontinuación, un extracto en el que se muestran una breve reseña de los diarios, semanarios y otros periódicos de la época, publicada en el libro de don Mariano Lebrón saviñón, Historia de la Cultura dominicana, en el quinto volumen de la edición publicada por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña:
Llegaron los años de feroz tiranía. El árbitro de los destinos del país era el protervo y feroz Ulises Hereaux, quien como todo tirano, se dispuso a amordazar la prensa. Para el efecto en 1899 propicio una Ley que puso fuerte trabas a la fundación de nuevos periódicos. De esta manera sólo los apegados al régimen podían gozar del privilegio de ejercer el periodismo. La prensa, como sucedió en la era de Trujillo, estaba silenciada y de rodilla.
En 1851 se fundó la Gaceta del Gobierno, La Española Libre y el Correo del Cibao, este último vio la luz en Santiago de los Caballeros. La Española Libre fue dirigida por Manuel María Gautier (1827-1897), José María González y Nicolás Ureña. Gautier fue un periodista de combate, y rudo en el ataque y de una frialdad absoluta en el análisis político (Nota. Fue un político activísimo que en 1887 llegó a ser Vicepresidente de la República)
En 1853, Nicolás Ureña, separado de La Española Libre, fundó El Progreso, y al año siguiente (1854) El Porvenir, con la colaboración de Alejandro Angulo Guridi, en calidad de redactor y encargado de las cosas políticas, en tanto que Ureña se ocupaba de las cosas literarias. Ambos trabajaban unidos por amor a una amistad que nació de una violenta polémica, en el periódico colaboraron, además José María González, Manuel María Gautier, Félix María del Monte y Antonio Delfín Madrigal
Nicolás Ureña, aunque no era escritor polémico, sino tan sólo un poeta un tanto bucólico, y como periodista, conciliador, aunque de temperamento firme, aun así. Combatió a Santana, que ya mostraba la garra de su intención anexionista. Y en 1855, éste, que había escalo el poder una vez más, lo expulsó del país. Con su ausencia y la muerte de las libertades desapareció El Porvenir.
En el mismo año en que naciera este periódico aparecieron otros dos; El Oasis y El Orden. Fueron también periódico de vida efímera. El Oasis desapareció dos años después
También en ese año El Dominicano tuvo su segunda época pero ya al año siguiente había desaparecido de nuevo. En el 1856 dos nuevos periódicos ven la luz pública; El Eco del Pueblo y La República. Este último fue fundado por Angulo Guridi, quien poco tiempo después tuvo que abandonarlo, porque fijó su residencia en Santiago de los Caballeros, donde José Desiderio Valverde, líder de una revolución en contra de Buenaventura Báez, había instalado un gobierno provisional opuesto al de Santo Domingo.
El país vióse en la insólita situación de tener dos presidentes; uno en Santiago y otro en Santo Domingo. El gobierno del Cibao confió a Angulo Guridi la redacción de la Gaceta Oficial, en tanto que él fundaba el periódico La Reforma donde defendió a Buenaventura Báez, que era la negación de las cosas que aquel creía. También en ese año fundóse en Santiago de los Caballeros, el periódico El Cibaeño, que dirigió Manuel de Jesús Peña y Reynoso
Los trabajos de Angulo Guridi en La Razón traían siempre el sello de una fogosa personalidad y propugnaban una reorganización política que permitiera al país desencallar el barco de su destino. Dolorosamente atapado en la roca de las pasiones desbordas. De modo que cuando en 1858, el Congreso Constituyente, reunido en Moca, votó la nueva Constitución, Él la combatió, y luego, motu propio, redactó un proyecto de Constitución que publicó en la Gaceta Oficial
Pero los días venían negros para él. Tras Buenaventura Báez vino Pedro Santana. Y al realizar éste la Anexión a España, Angulo Guridi tuvo que abandonar su patria, a la que no regresó hasta 1875. En cuanto al Eco del Pueblo, apenas duró un año (1856-57). En 1857 también se fundó en Santiago El Cibaeño, y en 1859, en la capital, Flores del Ozama.
El otro Angulo Guridi, Javier ardiente patriota que alcanzó el grado de general en la guerra Restauradora, fundó El Progreso, en 1861, en Santiago de los Caballeros; El Tiempo, en 1866, y el Sol, en 1868.
En 1862 vio la luz pública La Razón, cuyo director fue el notable escritor Manuel de Jesús Galván, quien ejerció el periodismo desde su temprana juventud (Nota: había fundado en 1850 el periódico Oasis, órgano del la Sociedad Santiaguense Amantes de la Luz.). Durante la guerra restauradora el órgano de difusión existente se llamaba, simplemente, Boletín. En el año de 1865 fue el de El Patriota y La Regeneración; y en 1886, El Tiempo, y El Sol, dirigido por Javier Angulo Guridi. (Nota, El Sol, fue el Órgano de la Sociedad El Paraíso.)
En 1867, el poeta Manuel Rodríguez Objío publico en Santiago de los Caballeros el periódico La Voz del Cibao y en 1870, El Laborante, el cual duró dos años
En 1872 tiene Puerto Plata su primer periódico, El Porvenir, de larga y fecunda vida. También en ese año se publico El Dominicano, dirigido en Santiago de los Caballeros por Manuel de Jesús Peña y Reynoso, poeta y maestro. El hizo activa vida cultural desde la sociedad "Amante de la Luz", para la que publicó en 1874, el periódico Eco del Yaqué. Peña y Reynoso era un polemista agresivo y a su iniciativa audaz se debió la formación de La Liga de La Paz, como reacción contra las turbulencias políticas, y luego presentó ante el Congreso Nacional una serie de acusaciones al Presidente Ignacio María González, quien renunció, no obstante haberlo liberado el Congreso de culpabilidad. Lo indujo a la renuncia un grupo de ciudadanos ilustres, entre ellos: José Joaquín Pérez, Emiliano Tejera, Francisco Xavier Amiana, Mariano Antonio Cestero otros. Fue cuando Peña y Reynoso lanzó aquella frese, que emulaba a la de Montalvo: "YO ES DERRIBADO UN GOBIERNO CON MI PLUMA".
También del 1874 son los periódicos El Orden (publicado en Santiago) donde aparecieron los artículos políticos y patrióticos del ilustre Ulises Francisco Espaillat, bajo el seudónimo de María; La Opinión, órgano de la sociedad La Juventud, que dirigió el Maestro Federico Henríquez y Carvajal, muy joven en ese entonces. En este periódico inició el Maestro una larga y gloriosa carrera periodística. También del 1874 fueron los periódicos: El Nacional, que duró dos años hasta el1876, El Centinela y La Paz.
En año 1875 en Puerto Plata se inicia campaña activa a favor de la Independencia de Cuba, lo que concitaba airadas e indignadas protestas de la representación diplomática de España en el País. Esta campaña se hacía desde el periódico Las Dos Antillas, fundado por un emigrante cubano de nombre Enrique Coronado, quien extendió su campaña a la idea de la Independencia de la isla de Puerto Rico, para lo cual se encontraba la activa cooperación de un ilustre puertorriqueño, Ramón Emeterio Batances. Con la llegada a aquella ciudad del gran educador americano Eugenio María de Hostos, se acrecentó la campaña. Este, en su calidad de redactor de Las dos Antillas, defendió, sin ambages, la causa cubana, por lo cual el Presidente González cerró el diario,
Entonces Hostos fundó Las Tres Antillas, donde los ataques a España fueron más solapados, y al clausurarlo el Gobierno, fue sustituido por otro periódico que se llamó Los Antillanos, que duró hasta 1876, cuando el eximio educador abandonó el país. Otro periódico de aquel año fue La Ideas, dirigido por César Nicolás Penson, el cual tuvo una mantenida actividad cultural, como órgano de la Sociedad Amigos del Adelanto. Del mismo año son; El Correo del Ozama y El Orden, (Santiago). Por aquellos años se publicaron EL Observador (1877), El País y La Patria (1877), de vida efímera, así como El Pueblo y El Sufragio.(1878)
En 1879 el ilustre ciudadano Francisco Gregorio Billini fundó el periódico El Eco de la Opinión, que representó. Según el Lic. Manuel A. Amiama, "el más notable avance del periodismo". Este periódico que tuvo una vida activa por más de 10 años, se convirtió en diario en 1895, ´pero las penurias económicas lo redujeron de nueva a semanario, bajo la eficaz inspiración de su fundador, quien murió en 1899,. Para que no sucumbiera el periódico, empuño su dirección Juan Elías Mocosco, hijo, quien apenas lo pudo sostener, nombre que tuvo su periódico fue el más acertado.
En el 1883 este paladín del civismo fundó La Primera Sociedad de Prensa, y un año después escaló el Solio Presidencial de la República. Pero Billini era un lirico flore4cido en el pentano de un malezal. Entre las muchas medidas que tomó, la de otorgar la total libertad de prensa y amnistiar a todos los exiliados, lo enfrentó con el desborde de las pasiones. Los hombres que lo llevaron al poder le exigían el frenar la prensa, que lanzaba dardos envenenados contra el propio Presidente," Que puedo hacer-decía Billini con gesto desolado-si la prensa es el cuarto poder.......
Ya sabemos cómo este hombre puro, escritor y periodista por vocación, tuvo que renunciar la Presidencia, acosado por las interrogas y al retirarse a la santidad de su hogar, tuvo que hacer un préstamo para allegar fondos con qué atender la diaria pitanza de su casa.
Los otros periódicos fundados en 1879 fueron: El Estudio 1879-1881) y La Actualidad. En 1881 apareció El Mensajero, que desapareció en 1890, pero tuvo fugaz reaparición de un año en 1899 y Auras del Ozama. Fue en el año de 1882 cuando apreció el primer diario del País, El Telégrafo, se llevaba este nombre porque publicaba las noticias en forma condensada. Siendo Presidente de la República el Arzobispo Meriño, su fundador fue César Nicolás Pensón. Este periódico, que salía también los días feriados, alcanzo gran prestigio, gracias a la colaboración de los intelectuales, compañeros de Pensón, de la Sociedad Amigos del País, entre otros; Pablo Pumarol, y Francisco Henríquez y Carvajal, y alguna vez de Eugenio María de Hostos. Pero desgraciadamente, fue breve la vida de este periódico, y ya a los cinco meses había desaparecido
Ese mismo año se publicaron El Maestro y El Volteriano. Este último era, en realidad una hoja suelta de un grupo de Jóvenes de la Escuela Normal, y trataba de asuntos culturales. Como su nombre lo indica, el ídolo de sus dirigentes era Voltaire, en carnación para ellos del pensamiento audaz y el alba combativa
El año 1883 fue el de la Asociación de Presa y se publicaron La Alborada y El Repúblico en Santiago, La Revista Científica, Literaria y de Conocimientos Útiles; El Teléfono, El Diario del Ozama, El Quisqueyano y La República..
Al desaparecer el Telegrama, que apenas duró cinco meses, César Nicolás Pensón, publico el Diario del Ozama, otro cotidiano que solamente dejaba de publicarse los lunes y los subsiguientes a un día de fiesta. Pensón, era un gran periodista; para él, un periódico, más que una tribuna, era una cátedra. Escribió siempre con altura orientada. Pero a pesar de que sus dos periódicos tuvieron corta vida desilusionante, en 1885 sacó El Eco de la Opinión. Puede decirse que César Nicolás Pensón, es el intelectual que sienta la base del periodismo nacional.
Un gran periodista, José Justino Castillo (1861-1933) colaboró en la mayoría de los periódicos nacionales y se inició m en el periodismo en El Repúblico. Fue maestro normal y abogado. El poeta modernista Fabio Fiallo, se inició en el periodismo en el 1894 en una revista literaria, donde hicieron sus primeras aventuras culturales muchos poetas y escritores dominicanos, y que se llamó El Hogar. Fue un verdadero portavoz del modernismo en Santo Domingo. Ayudó Fiallo Fiallo, en estas labores, el escritor y novelista Tulio Manuel Cestero, quien luego fue director de la revista. Fiallo Fiallo era un periodista combativo y un político de agresiva oposición.
El periodismo religioso hace su aparición en ese mismo año con el Boletín Eclesiástico, que duró veinticinco años, en su primera época. Era un órgano de la Arquidiócesis de Santo Domingo y se público bajo la iniciativa del Arz. Metropolitano, Mons. Fernando Arturo de Meriño, hombre ecuménico de recio perfil patriótico. A la muerte de Meriño, El Boletín dejó de salir hasta su reaparición, esta vez por iniciativa de Mons. Nouel.
En años sucesivos del siglo XIX siguieron saliendo periódicos de vida efímera, pero fuertemente vinculados al movimiento cultural del país. En 1888 salió EL Santiagués, revista de un año, que como su nombre lo indica vio la luz en Santiago. Fue dirigido por el eminente ciudadano Ulises Franco Bidó, ayudando por sus hermanos, todos buenos periodistas: y al siguiente año, 1889, se publicó el más importante de los periódicos dominicanos, El Listín Diario. Fue fundado por Arturo J. Pellerano Alfau y Julián Artiles. Al principio el periódico no era tal sino una simple hoja informativa del movimiento del puerto, donde se enumeraban en una pequeña lista (o Listín) los buques que entraban y salían. Después se fueron publicando noticias de otras índoles, se le incorporaron artículos y el periódico se hizo diario. Cambio luego su formato y se convirtió en un periódico moderno tan vinculado a la vida del país, que por mucho tiempo Listín pasó a ser sinónimo del periódico entre nosotros.
Fue un periódico combativo, pero también hizo labor cultural a través de lo que llamó "Los Lunes del Listín". Esta era una página hebdomadaria que dirigía Enrique Deschamps (1872-1935) y donde colaboraban las principales personalidades del mundo cultural dominicano. Colaboraba asiduamente en los Lunes del Listín, el poeta José Joaquín Pérez y más tarde por Luís Emilio Garrido. La Página sufrió una interrupción hasta agosto en que 1905 volvió orientada por José María Bernard.
El Listín Diario fue cantera formadora d buenos periodistas, que todavía están en plena labor fecunda; son innumerables los periodistas que formaron parte de este importante medio de comunicación, considerado como el decano de la prensa escrito dominicana, seria injusto obviar nombre pero entre estos ilustre hombre de la pluma puede hacerse mención a unos de sus grandes directores Don Rafael Herrera Cabral, y hombre de juicios nobles y ponderado.
Contingencias políticas de insólitas intolerancias ahogaron económicamente al Listín Diario, que tuvo cerrar sus puertas en 1942. Después de la muerte de Trujillo volvió a salir, y llena un gran contenido social y cultural en nuestros días. Las primeras noticias que se publicaron en el país cuando el Listín se convirtió en diario, provenían del Cable Francés, este permitió al periodismo vernáculo un alto grado de progreso.
Fue el Boletín Comercial el primer periódico que ofreció las noticias de los sucesos que ocurrían en el extranjero. La fuente del Cable Francés fue la única hasta 1911, los adelantos de los diversos tipo de prensa, desde Marconi y los linotipos, las rotativas hasta nuestros días son pasos de avance en el periodismo nacional. Hoy las noticias extranjeras son servidas por agencias
En el 1891 tiene lugar la célebre controversia histórica entre Manuel de Jesús Galván, desde El Eco de la Opinión, y José Gabriel García, desde EL Teléfono. Galván era un escritor de claro estilo, casi un purista, pero con ideas muy especiales. Su hispanofilia lo llevó a apoyar la anexión y combatir tenazmente a los restauradores. García era todo lo contrario y aquella polémica tornase ácida en extremo
En ese año vio la luz pública El Día (1891-1902) en Santiago y El Lápiz (1891-1902) en Santo Domingo. El Día fue dirigido por Ulises Francisco Bidó; por su parte El Lápiz fue fundado por uno de los connotados intelectuales de la época, el fogoso orador Manuel Arturo Machado. Esta fue una revista demasiado atrevida en medio de una tiranía como la de Ulises Heraaux y en ella colaboraron José Otero Nolasco y Andrés Julio Montolio.
Otro que combatió a Lilís fue el ilustre ciudadano Federido Henríquez y Carvajal, a quien se identifica tan solo como el maestro. Y que fundó en 1892 la revista quincenal Letras y Ciencias, junto con su hermano, el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, padre de los hermanos Pedro y Max Henríquez Ureña. Esta revista estuvo saliendo hasta la muerte del tirano cuando Don Federico volvió a publicar El Mensajero, que había sido clausurado por el gobierno tras apresar a su director, a causa de un comentario acerbo que no fue del agrado del déspota
Otros periódicos de ese año fueron: La ´Prensa (1892-1897) de Santiago y El Cable, de San Pedro de Macorís. La Prensa fue dirigida por el historiador Pedro María Archambault. Durante cinco años (1892-1897) y el Cable, uno de los periódicos mejor redactados, aunque sólo subsistió hasta 1898, fue fundado y dirigido por Luis Arturo Bermúdez. En 1894, la juventud maniatada por el régimen férreo de Ulises Heraaux, buscaba ventanales por donde desfogar su odio y su impotencia. Las revistas literarias servían muy bien para este fin. Luis Aristides Fiallo Cabral y Eduardo Matos Franco sacaron un periódico al que llamaron EL Volteriano, nombre que le dieron recordando una hoja que años antes se publicaba en la Escuela Normal Superior. Con el mismo fin y con el mismo formato se publicó en Puerto Plata la revista El Estudio, que dirigían los jóvenes profesores Ramón Álvarez Blanco y José María Rodríguez Arrezón, y que fue órgano de difusión donde la intelectualidad puertoplateña desfogó sus vehemencias inquietudes.
En esta publicación un intelectual de la generación anterior, Fidelito Despradel (1865-1925), escribió un ensayo sobre Rubén Darío, con ocasión de publicarse la falsa noticia de su muerte. Hay que hacer notar que el ensayo de Despradel tiene la importancia de que cuando se publicó, el modernismo no había penetrado en Santo Domingo." El poema Mi Vaso Verde", de Altagracia Saviñón, se publicó en 1900 y la Virgínea, de Valentín Giró, en 1902
También en San Pedro de Macorís, Luis Arturo Bermúdez, contando con la colaboración de Rafael Deligne, dio a la luz la "revista literaria Prosas y Versos "(1894-1896). En 1896 salió otra revista, "Ciencias, Artes y Letras" (1896-1897) dirigida por Rafael Justino Castillo, que pretendió ser enciclopedia y donde escribieron asiduamente Luis A, Weber y Andrés Julio Montolio.
Nuevas publicaciones aparecen en 1898, esta vez la Revista Ilustrada (1898-1900) dirigida por Miguel Angol Garrido, quien, perseguido por Hereaux, por su fogosa oposición al régimen, y obligado a forzoso silencio, buscó refugio en la literatura. Esta fue una magnifica publicación de alta categoría, solamente comparable a las grades revistas literarias, de que ya hemos hablado, publicadas a partir de la década del 40. Garrido es uno de los grades escritores dominicanos, combativo y de estilo florido y luminoso
También en ese año se publicó en La Vega, El Ideal 1898-1906). El periodismo dominicano se había agazapado ante las trabas puestas a la libre expresión.
En el año 1899, en que se funda La Bandera Libre,(1899-1915,1915-1916),Lilís, votó, sin ningún empacho, una Ley de mano dura en contra de la expresión del pensamiento, según la cual para fundar un periódico se necesitaban tales requisitos, que solamente las personas de muy adictas al régimen podían hacerlo. Gajes de la Dictadura.
Como puede verse más arriba, la variedad de circulaciones realizadas entre la primera y tercera república, no fueron pocas, tampoco tuvo las mejores condiciones para desarrollarse, sin embargo, si poseyó la fuerza necesaria para persistir de un modo u otro.
Lo que podemos observar en el modo de presentarse los acontecimientos vajo los cuales surgieron o se desenvolvieron los primeros periodistas de oficio en el país, muestra una actitud de franco desafío a las irregularidades sociales, a las conductas de opresión. Permite constatar que ante todo las motivaciones de la prensa de entonces, tenía su base en las ideas que por lo general traían algunos intelectuales de otros países en los que habían cursado estudios avanzados, en otros casos también procedía de apasionados de las letras, con un criterio creado y acrecentado en las distintas tésis que ofrecía la literatura de entonces, como es el caso de los “volterianos”, o el caso de otros que más que una conciencia periodística lo que poseían era una vocación poética que les impelía a poner de manifiesto sus pasiones a través de las distintas publicaciones.
El siglo XX.
La entradda del siglo XX trajo a la república Dominicana nuevos aires, en lo político, en lo social y claro en la actividad periodística. El país permanecía en un estado de endeudamiento con los Estados Unidos, el caudillismo continuaba siendo el pan nuestro de cada día y claro con una prensa que había sido amordazada por Ulises Heureaux (Lilís), no era mucho lo que esta podía hacer, salvo las publicaciones clandestinas que fueron cotidianas durante la época y durante etapas posteriores.
El amordazamiento impuesto por Lilís, fue levantado en 1905 por el entonces presidente, Carlos Morales Langüasco, a partir de aquí el periodismo dominicano disfruto de unos beneficios y privilegios con los que no había contado hasta el momento. Para 1908, pasó a la constitución un artículo en el que fue declarado sin reparos el derecho a la libertad de prensa.
Con estos nuevos beneficios los periodistas sintieron una mayor seguridad en su forma de conducirse en los medios, llegando en ocasiones a ornarse imprudentes, e incluso a ofender descaradamente a ciertos sectores de poder.
Para esta época los periódicos y revistas que surgieron entre santiago y santo Domingo, tomaron rumbos variados, en general se trataba de publicaciones literarias y de opinión, aunque, habían otros tópicos abordados.
Algunas de las publicaciones del primer lustro del siglo XX fueron:
1900- Periódico Nuevas páginas.
1901- periódico Páginas y la revista älbun, dirijida esta por armando Franco Bidó en Santiago de los Caballeros.
también se publicaron en ese año, El Normalismo (1901-02), y La Época, de Santiago, tuvo formato moderno, aunque de escasas páginas, lo mismo que El Iris, de la misma ciudad (1902-03)
En 1903 salieron La Época (1903-05) y la Revista Cuna de América, dirigida por Miguel Ángel Garrido, en plena revolución contra el gobierno de Horacio Vásquez, circunstancia por la cual había serias censuras para la prensa, las cuales fueron violadas por Garrido cuando,. Aplastaba la revolución, murió su jefe, Sebastián Emilio Valverde, y uno de sus partidarios Manuel Omendi, fue ejecutado sumariamente.
Los periódicos que continuaron en la primera década del siglo giraron entorno a las tensiones políticas sociales. Surgieron nuevos diarios que también desaparecieron.
Cabe destacar que en esta etapa, ya el listín Diario era un periódico de mucha aceptación en el país, con un cierto márgen de poder y con una actitud de desafío a los continuos abusos del poder. Razón por la cual su director, el señor Pellerano, callera preso en varias ocasiones y en un momento de la historia se vio en la obligación de cerrar el mismo, aunque lo abriera nuevamente, pero, este fue otro momento histórico.
y
los periodistas de la época mostraron franco desacuerdo a la intervención norteamericana (1916), entre ellos Garrido cuello, quien en febrero de 1921 fundara el periódico El cable, en el que conbatía abiertamente los abusos de los “Yankees”. Fue además, garrido Cuello un periodista de visión modernista, con cierta tendencia a abarcar distintos espacios, de unas luces que le permitían observar los acontecimientos desde distintos ángulos.
En 1929, mientras el general Horacio Bázquez dirigía la nación, fue llevado al congreso un proyecto de ley con el cual se pretendía coartar la libertad de prensa, sin embargo los periodistas liberales levantaron la voz e impidieron que el proyecto tenga mayor vida. A pesar de esta victoria, el periodismo dominicano sufrió un fuerte embate durante las tres décadas que duró el gobierno de Rafael L Trujillo, quien sensuró la prensa a límites inimaginables, haciendo que los diarios de entonces fueran serviles y de intereses unicamente al servicio del “trujillato”.
La historia del periodismo dominicano, posee otras etapas, distintas situaciones enmarcadas en el contexto histórico del país, asesinatos, denuncias y por que no, sacrificio de mártires. Pero a pesar de todo lo que signifiquen estos antecedentes, el periodismo actual, posee la breve posibilidad de dar un giro que le devuelva a sus inicios en cuanto a criterio social se refiere.
Bibliografía.
Mariano lebrón saviñón- Historia de la cultura dominicana, quinto volumen, edición de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1982.
Filiberto cruz Sánchez- Historia de la República Dominicana.
Alberto Rodríguez- Historia del Periodismo Dominicano, edición del Listín Diario.
Roberto cazá- Historia Social y Econnómica de la república Dominicana.
J.B
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